Que ingrata es a veces la vida con aquellos que luchan por la justicia. Es el caso del fiscal de acero –que es más duro que el hierro – Alejandro Gertz Manero , a quien todo le critican ¿Por qué son así?
Ahora, le tunden por el simple hecho de que otro luchador por la justicia, Emilio Lozoya, haya ido a cenar comida china a un buen restaurante de las Lomas.
Primero veamos la injusticia con el fiscal ¿En realidad no se dan cuenta de que lo de la cena de Lozoya es una estrategia del fiscal Gertz ? Trataré de explicarme: si don Emilio tenía antojo de cenar comida china, que mejor que hacerlo aquí en México, aquí en la Ciudad de México.
¿Qué hubiese usted preferido, que Emilio fuera hasta China a merendar? Solo recuerde que la última vez que se fue , seguramente con el antojo de un buen jamón y un buen vino, acabó en España y costó mucho trabajo y dinero regresarlo a México.
Qué necesidad hay de que el inquieto Lozoya tenga la tentación de salir del país a cenar, si aquí la Fiscalía le da su espacio para que entre delación y delación, entre chisme y chisme, tenga una vida social activa.
Además, recuerde que él es el pez gordo que hará que piquen otros peces más gordos y súper corruptos, así que hay que mantenerlo alimentado y contento para que haga bien su trabajo, que esencialmente consiste en decir a quién y para qué entregó parte de los millonarios sobornos que recibió de la constructora brasileña Odebretch .
Como usted verá, el fiscal de acero no se dobla, simplemente le da espacio a su testigo estrella para que rinda más. Pero su tarea no es fácil, y sí muchas veces ingrata. Aún no sale de las críticas que se le hacen por el hecho de querer librar al país de un cártel de científicos que desfalcaron al erario y lavaron dinero montones, cuando ahora ya está en boca de todos los que no entienden que este país vive una transformación y ahora lo acusan injustamente de dar beneficios al joven Lozoya.
¡Beneficios a Lozoya! eso sí es, de plano, no entender nada. Lozoya es quien está dando beneficios al país, es un valiente mexicano que está luchando contra la corrupción . Es gracias al gran Lozoya que sabremos hasta dónde llegó la podredumbre en el pasado gobierno y quizá se logre llevar ante los tribunales, y eventualmente a prisión, a un expresidente de la República.
A Lozoya no solo se le debería permitir cenar en donde se le pegue la gana, sino que los dueños de los restaurantes no deberían cobrarle las cuentas . El servicio que le está dando al país no tiene precio, una cena con pato laqueado y vinos es el mínimo tributo que se le debe de rendir a un hombre que dejará al descubierto el amasiato entre el poder político y económico que existió en el periodo neoliberal , y que afortunadamente desde hace tres años quedó eliminado en México.
Y antes de que venga con su doble moral conservadora y diga que Lozoya le robó al Estado, que es un corrupto confeso y un bribón, le tengo noticias. Lozoya no le robó al erario, se quedó con algo para él de los sobornos entregados por Odebretch para el presidente Enrique Peña Nieto . Así, en todo caso, don Emilio le robó, o le dio un pellizco, a los sobornos que Odebretch le mandaba a Peña. Y ya lo dicen las sagradas escrituras priistas: “ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón”.
Lozoya robo, pero poquito. Y se lo robó a Peña, no a usted, el pueblo. Además Lozoya jura por todos los santos que usó ese dinero para dar una aceitadita a algunos políticos de la época y lograr que se aprobara una reforma energética, él no se quedó con todo pues tampoco es un ambicioso vulgar.
Por el momento Gertz y Lozoya sufren señalamientos, pero llegará el día que su obra sea valorada con perspectiva histórica y quizá los insultos y descalificaciones de hoy, se transformen en monumentos en su honor como aguerridos luchadores contra la corrupción. Dejarán de ser entonces unos héroes incomprendidos.
ME CANSO GANSO.—Lo ilegal y lo inmoral
Dicen que ir a comer a un restaurante de lujo mientras se es un confeso de haber cometido actos de corrupción que trabaja de soplón colaborador, no es ilegal pero es inmoral. Otros, dicen que recibir fajos de billetes en efectivo para apoyar al movimiento político de tu hermano, es ilegal y muy inmoral.