“Para que siga la Transformación #EsClaudia”, esta frase que quién sabe quién esté pintando en bardas por todo el país, afortunadamente ya fue entendida, y está en la cabeza de muchos, pero en especial, ha sido comprendida en toda su dimensión por las Fuerzas Armadas.
Es una gran fortuna que esta institución, que es el pueblo vestido de uniforme, que siempre está ahí para ayudarnos cuando hay un desastre natural, que cuida nuestra seguridad nacional, nuestra seguridad pública y hasta la municipal, que nos protege de “la chapiza”, que construye nuestros aeropuertos, trenes, refinerías, sucursales bancarias, que vigila y distribuye nuestras vacunas, y nos da mil apoyos más, ahora también esté interesada en que siga la Transformación (con mayúscula).
Y qué mejor manera de cuidar que algún saboteador neoliberal atente contra la continuidad de la Cuarta Transformación, que impidiendo que estos conservadores le desestabilicen la Ciudad de México a una “corcholata”, que, desde ya, ofrece continuidad a la Transformación. Y claro, también garantiza, de paso, que las Fuerzas Armadas sigan jugando el papel relevante que hasta ahora han jugado en los ámbitos militares y civiles de la Cuarta Transformación. Pero, no se equivoque, los militares no tienen ningún interés económico, de poder o ambición política. No, ya no, ellos solo trabajan por la patria. Ya si como pago reciben alguno que otro beneficio presupuestal o por ahí le cae a un general un puesto de relevancia en el gabinete, pues es bien recibido, pero no es la intención.
Desde luego que, tras las “fallas atípicas” o para decirlo claro, los sabotajes, las Fuerzas Armadas no dudaron en enviar 6 mil elementos de la Guardia Nacional, que depende de la Secretaria de la Defensa Nacional, a cuidar las instalaciones del Metro, y sumarse a los 5 mil policías que ya se dedicaban a esa labor.
Prensa fifí, conservadores, neoliberales y demás fuerzas retardatarias, de inmediato criticaron el masivo despliegue militar bajo el argumento que se estaba militarizando el Metro para proteger y apoyar a la “corcholata” consentida de “ya saben quién”. Sin embargo, esa teoría es más falsa que la tesis de una ministra. Lo que las fuerzas armadas están protegiendo no es a una candidata, a una “corcholata”, se trata de algo más grande, están protegiendo la continuidad del proyecto de la Cuarta Transformación.
Lo que los militares están haciendo es garantizar que el proceso hacía una educación de primer mundo, un sistema de salud como el de los países nórdicos y una vida libre de violencia criminal, no se interrumpa. Es claro que AMLO sembró las bases del cambio. Acabó con la corrupción, el hambre y la desigualdad, pero lo de la educación, la salud y la paz, eso podría tardar algunos cuantos sexenios más de morenismo, y eso es justamente lo que las Fuerzas Armadas están intentando garantizar.
Al PRI le tomó 70 años seguidos, y luego un sexenio, el de Enrique Peña Nieto, mostrar su fracaso, así que Morena, apenas, va por su primer lustro, por lo que hay que darle, al menos, los 70 años del PRI para poder ver si da o no resultados. Pero, para ello, es necesario que haya continuidad en las políticas arrancadas por el padre de la Transformación y seguir al pie de la letra su filosofía -o como diría la tiburona y diputada federal Patricia Armendáriz: “la doctrina” de AMLO- para poder saber si el de la 4T es o no el camino correcto.
En 2021, los conservadores ya le quitaron a la 4T la mitad de la CDMX, así que la situación no es para confiarse, si es necesario defender la Transformación con el apoyo los verdes - desde luego no del Partido Verde, sino de los militares- hay que involucrarlos a que apoyen a que esta ciudad funcione. Y si mañana es necesario que otros miles salgan a las calles a ayudar en labores de bacheo o que lleven pipas a las colonias a las que el agua no sale de los grifos, saldrán. Lo importante es que se vea que, en esta ciudad, y con esta jefa de gobierno, las cosas funcionan, y que el país entero podría gozar de este tipo de gobierno, siempre y cuando recuerde en 2024 que #EsClaudia.
Lo importante, es que así como las Fuerzas Armadas cierran filas con la “corcholata” consentida, también hagan lo mismo el resto de las “corcholatas”, y en especial sus equipos y sus simpatizantes, que se la pasan gritando que no hay piso parejo, que todo el apoyo es para Sheinbaum. No entienden que no se trata de apoyarla a ella, sino a la continuidad de la 4T. Y deben reconocer que mientras sus candidatos han mandado mensajes poco claros, la única que no se anda por las ramas ha sido ella. No ha perdido el tiempo en ideas sofisticadas, el mensaje es claro: si quieres que esto siga como está con López Obrador, cuando ya no esté en Palacio Nacional López Obrador, tu única opción #EsClaudia”. Esto nada tiene que ver con pisos parejos, se trata de dar garantías, de que la receta se seguirá al pie de la letra, sin querer inventar el agua tibia.
Y, para que no se diga, si algún día de estos Estados Unidos, Guatemala o Belice intenta invadir México, no dude que las Fuerzas Armadas le mandarán a Marcelo Ebrard y Adán Augusto varios miles de militares para enfrentar a los invasores.
Y, si Ricardo Monreal requiere soldados para que vayan a rescatar a su hermano David, el gobernador de Zacatecas cuando el crimen organizado acabe por tomar el palacio de gobierno de ese gran estado, de inmediato le mandarán un pelotón de soldados que hagan la extracción de don David y lo lleven a un estado más seguro.
No le busque tres pies al minino, sabiendo que tiene cuatro: cuidar la Transformación en cuidar a México y cuidar a quien garantiza continuar con la Trasformación es cuidar a México, así que ¡Viva la Transformación!, ¡Vivan los verdes! y ¡Viva México!
ME CANSO GANSO. - A don Joaquín, lo que se le ofrezca. - El sanguinario capo del narcotráfico, Joaquín “El Chapo” Guzmán se quejó esta semana, vía su abogado, de que recibe malos tratos en la prisión de alta seguridad en la que se encuentra recluido en Estados Unidos. El señor Guzmán Loera, como se le llama en Palacio Nacional, pidió la ayuda del presidente López Obrador para que sea trasladado a un penal en México para que cumpla su sentencia aquí, en su tierra, con los suyos, con el cariño y la calidez de los custodios penitenciarios y no sufriendo de privaciones y malos tratos, como si hubiera hecho cosas tan malas. Afortunadamente, el Presidente prometió analizar la petición del don Joaquín, quien la está pasando muy mal en Estados Unidos pues no le permiten asolearse, no lo llevan al dentista, le restringen el número de visitas, y solo le permiten tener un televisor con canales en inglés. Pero lo peor, es que es imposible construir un túnel decente.
Ojalá lo ayuden.
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