Que el señor viaja a todo lujo por el mundo acompañado de su familia, ¿y? Que el señor posee un departamentazo de 400 metros cuadrados frente a un campo de golf, ¿y?
No sea envidioso, si usted, como el general Cresencio Sandoval hubiese construido en tiempo récord un aeropuerto de clase mundial, -el mejor de América Latina- o estuviera por acabar la magna obra de un tren, como el Tren Maya, o ya de menos, creado una gran refinería, como la de Dos Bocas (que garantizará nuestra soberanía energética y nos llevará a que el país tenga que aprender a administrar su abundancia), no sólo merecería ir por el mundo en aviones oficiales o en primera clase en líneas aéreas, sino que sería digno de viajar a la luna. Y no sólo merecería un departamento de 400 metros en un club de golf, sino que usted fuera dueño de todo el edificio y del campo de golf, él merece abundancia.
El general es un hombre que trabaja con altos niveles de estrés y tensión, pues no solo está encargado de la seguridad nacional del país, sino de la seguridad pública y hasta de la seguridad de los Estados Unidos de América. Él tiene que repartir su día en tres partes: una para proteger a los mexicanos de las amenazas de potencias extranjeras. Otra, para perseguir narcotraficantes, vigilar estados, municipios, pueblos, rancherías y veredas. Y, otra más, para vigilar las fronteras y evitar que los migrantes que vienen de los países de sur y el centro del continente, lleguen al norte a importunar a las autoridades estadounidenses intentando cruzar como indocumentados a la Unión Americana.
Así que, ante ese cúmulo de trabajo, es muy merecido que, respetando la justa medianía en la que tienen que vivir todos los miembros de la Cuarta Transformación, el general dedique sus horas de ocio a jugar un relajante partido del golf o a hacer uso de la alberca y otras amenidades con las que cuenta su departamento en el austero fraccionamiento ubicado en Bosque Real.
Y, si la chamba lo permite, de cuando en cuando hacer un viajecito a otro país del mundo para cambiar de aires, aunque siempre sea para seguir trabajando, pues el hombre tiene el orgullo que desde hace 20 años no se toma unas vacaciones.
Pero mucha gente egoísta, de esa que no puede ver a una persona gozar del honrado fruto de su trabajo, le han caído a palos al general Sandoval por viajar al extranjero en aviones de la Fuerza Aérea Mexicana, o en asientos de primera clase de aerolíneas comerciales, y además le critican que lo haga acompañado de su familia, incluso de su consuegra y que viajen con ellos personal militar para apoyarlos en la logística del viaje.
Le recriminan también que se hospede en hoteles de gran lujo y que coma en los restaurantes más exclusivos. ¿Pues qué querían, que viaje a Venezuela, Nicaragua o Cuba, y que él y su familia duerma en hostales, que coman en el mercado, y que él y sus invitados carguen sus propias maletas?
Aunque le busque no hay excesos ni ilegalidades en esos viajes al extranjero, que le repito, siempre son con un motivo oficial y nunca de placer. Lo del uso de los aviones militares es un tema de seguridad y de logística. Imagine que él está en Roma en un recorrido por el Vaticano, o en la punta de la Torre Eiffel en Francia, y que en México haya una crisis de seguridad, no va a correr al aeropuerto a ver a qué hora hay un vuelo en el que pueda regresar al país rápidamente, además ya ve lo complicado que hoy en día es aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. En cambio, con un avión militar disponible las 24 horas del día, solo es cosa de cargar combustible despegar de inmediato en el otro lado del mundo y horas después aterrizar tranquilamente en el AIFA.
Y lo de llevar a la parentela, lo único que demuestra es que es un buen hombre, tan amoroso que quiere hasta su consuegra, y además da cuenta de que él es un hombre generoso y que protege los valores de la familia y procura su unidad. Además, es también una cuestión del protocolo pues los ministros o secretarios de Defensa de otras naciones que acuden a este tipo de viajes también viajan con la parentela.
Y los miembros de la tropa que viajan con él no son solo ayudantes, sino que son soldados que pese a no tener un alto grado pueden conocer, como la hace su jefe, países lejanos y otras culturas. Quién no quiere a un consuegro, un suegro, un esposo, un papá o un jefe así.
Y, si por su conservadora y desviada mente pasa la idea de que el general es corrupto, que lo de los viajes y el departamento tienen que ver con temas de corrupción o con un conflicto de interés, saque esos malos pensamientos de su cabecita neoliberal, pues, para acabar pronto, don Cresencio es “incorruptible” y eso está certificado.
Y no es que la inteligencia nacional o extranjera, o el FBI lo hayan sometido a una investigación, pues eso podría fallar. Al general lo certifica personalmente el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Analicé los expedientes de los 30 generales que podrían ser secretario de la Defensa, realicé una profunda reflexión, apliqué cuestionarios, y de los 30 generales, la mayoría eran hijos de campesinos, hijos de mecánicos, como es el caso del general Cresencio Sandoval, por el que me decidí. Es un hijo de un maestro mecánico, y decidí por él porque había una coincidencia en todas las consultas, siempre aparecía que era incorruptible, y eso para mi cuenta mucho”, sostuvo en 2019 el presidente López Obrador.
Y, por si no bastara y sobrara el aval del Presidente, los hechos hablan por sí mismos, pues el general, al venir del pueblo bueno, sería incapaz de escuchar el canto de las sirenas y dejarse seducir por los lujos de los ricos, de los fifís, y no porque guste de la buena vida, de los viajes y los campos de golf deja de ser pueblo.
“La mayoría de los generales de División son surgidos del pueblo, hijos de comerciantes, también hijos de militares, pero la cúpula militar mexicana, a diferencia de otros países no está ni vinculada ni convertida en una oligarquía, es un ejército surgido del pueblo, por eso digo que el soldado es pueblo uniformado”, dijo AMLO en la misma ocasión en la que resaltó los orígenes del general Sandoval.
Y cuánta razón tiene el mandatario, pues aunque el general pudiera coincidir en algún destino turístico del mundo, un restaurante o un hotel de esos que frecuentan los oligarcas, eso no lo convierte a él en uno de ellos, pues él es, y será siempre, pueblo uniformado.
ME CANSO GANSO. – La pregunta de la semana. -
Durante los últimos días la pelea entre corcholatas presidenciales de ha desatado. Señaladamente, el combate más atractivo esta entre Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard. El canciller Ebrard no ha dejado de señalar que la jefa de gobierno Sheinbaum goza de una cargada de gobernadores que le organizan actos multitudinarios en sus estados. Incluso, Marcelo ha advertido que no se aceptará un dedazo. Varias son las señales que Ebrard manda y que son leídas por muchos como una advertencia de que si hay condiciones y los dados se cargan a favor de Sheinbaum habrá ruptura. La pregunta se la semana es, sí dado el escenario de que impusiera a la jefa de Gobierno como la candidata oficial, Ebrard será capaz de romper con Morena y buscar un camino alterno hacía la Presidencia, o, si con estas bravatas solo busca lograr mayores beneficios políticos, y que al final del día le levantará la mano a Sheinbaum. Para decirlo más rápido: Ebrard será capaz de irse por la libre si Morena lo margina, o acabará haciendo la famosa gambeta conocida como la “Monrealiña”.