El que avisa no traiciona, y el presidente López Obrador, desde los primeros días de su mandato dijo que él sólo respondería por su hijo menor de edad, pero no por el resto de sus vástagos, hermanos, primas y otros parientes, y ha cumplido. Pero, además, no hay nada que responder, pues todos ellos son inocentes de todas las acusaciones en su contra, e incluso son víctimas de los enemigos de la transformación, que no ha entendido que este gobierno erradicó hace ya unos años la corrupción, que las escaleras ya se barrieron de arriba para abajo y se acabó con ella para siempre.
Así que, si los hermanos aparecen en video recibiendo sobres amarillos con mamachos de billetes, o los hijos salieron traviesos para los negocios con el gobierno, ni se atreva usted a reclamarle al Presidente, pues el clarito se deslindó de todos ellos.
Andy, José Ramón, Gonzalo, Pío, Martinazo, Felipa, son harina de otros costales.
Que tiene que ver el Presidente con el hecho de que sus hijos Andy y Gonzalo, alias Bobby, tengan una relación cercana con el joven y próspero empresario Jorge Amílcar Olán, que en este sexenio ha obtenido contratos por cientos de millones de pesos en obras como las del Tren Maya, y con la venta de medicamentos. Jorgito, por cuestiones del destino pasó de no ser nadie, a hacer negocios de cientos de millones con el gobierno, pero en eso nada tiene que ver su amistad de años con los niños López. A todo buen empresario le llega su momento, y a Olán le llegó en este sexenio. ¿Dónde está el delito?
“Cuando se dice que mis hijos están metidos en negocios y tráfico de influencia, me tiene tranquilo, no me quita el sueño, ni a ellos tampoco porque no es cierto. Si estuviesen metidos en la corrupción y el tráfico de influencias pues no estarían tranquilos”, dijo el Presidente, con gran tranquilidad, ante los señalamientos en contra de sus hijos. Y, si él dice que es cierto, pues es cierto, recuerde cuando tomó el mando del país se comprometió a no robar, no mentir y no traicionar. Así que ni falta hace que alguna autoridad haga una investigación sobre las acusaciones en contra de los muchachos, pues el papá ya dijo que son inocentes, y quién podría conocer mejor a sus hijos que él.
Y del caso de Felipa Guadalupe Obrador Olán, prima hermana del presidente López Obrador, a quien Pemex le adjudicó contratos por 900 millones de pesos. Nada tiene que ver el parentesco con el mandatario, lo que pasa es que el apellido Olán es de buena suerte a la hora de buscar negocios con el gobierno. Además, a doña Felipa le bajaron varios contratos cuando se dieron cuenta que, sin querer queriendo, y sin saber que era la prima de AMLO le habían abierto la chequera de Pemex.
Tampoco el presidente es responsable de que su hijo, José Ramón, por pura casualidad, viviera en una lujosa casa en Houston, la cual es propiedad de Keith L. Schilling, un alto ejecutivo de la firma Baker Hughes, compañía petrolera que obtuvo contratos por más de 150 millones de dólares con Pemex. El muchacho ya está grandecito y el señor presidente tiene muchas cosas que hacer como para andar averiguando donde viven sus hijos, y cómo pagan la renta. Tampoco le pregunta al muchacho en dónde trabaja y cuánto gana. Y el hecho de que el buen José Ramón trabaje para uno de los empresarios más cercanos a AMLO tampoco quiere decir que exista algún conflicto de interés.
Tanto fue el acoso mediático y las injurias contra José Ramón, que tuvo que dejar la tranquilidad y seguridad con la que se vive en Houston, para regresar a México y vivir en el barrio de Coyoacán, en la Ciudad de México, en una casa propiedad de una funcionaria del diario La Jornada. Y cómo esa empresa de comunicación ha recibido cientos de millones de pesos en inversión publicitaria del gobierno federal, los malquerientes conservadores se le volvieron a ir encima. No Houston, no Coyoacán, pues dónde quieren que viva el muchacho.
Y antes, en agosto de 2020, cuando se filtraron videos de Pío López Obrador, hermano del Presidente, recibiendo dinero de David León, quien hasta antes de que se revelaran esas imágenes de don Pío enchalecándose los sobres amarillos con billetes, era un alto funcionario del gobierno federal, vinieron las injurias en contra del AMLO. De Los negocios que haya tenido su hermano con el funcionario de su gobierno, el Presidente no tendría por qué saber ni pío. Esas son cosas entre privados.
Después, el mismo David León, al parecer un generoso mecenas de los López Obrador, también apareció en imágenes de video entregando fajos de dinero en efectivo a Martín Jesús López Obrador, Martinazo para los cuates, otro hermano del Presidente. Se especuló que ese dinero era para apoyar la campaña del entonces candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador, pero nunca se logró comprobar ese señalamiento.
“Fue un trato personal, pero se trata de hacer pasar como dinero para campaña. Dinero para mí, cosa que no es cierto, así de sencillo”, dijo el Presidente cuando se presentaron los videos y caso cerrado.
Pero, lo peor, ahora ya no solo la familia, sino quieren meter al Presidente en el tema de las acusaciones de la exfuncionaria de su gobierno, la exdirectora de Notimex, Sanjuana Martínez, quien asegura que le solicitaron a ella y otros trabajadores de la hoy extinta agencia de noticias, que entregará 20 por ciento de su liquidación como tributo a la campaña presidencial de Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena.
Ahora resulta que el Presidente está metido en la campaña de Sheinbaum, en verdad es increíble que la gente no ponga atención, no escuche. En, no menos de una veintena de veces, AMLO ha dicho que él no se mete en la campaña, que eso es cosa del partido y de la candidata, por eso él le entregó el bastón de mando a Claudia, él ya no tiene nada que ver con los temas electorales, y además Sheinbaum es honesta e incapaz de pedir moches para su campaña.
“Ya di a conocer que no es cierto que se haya condicionado el pago a Sanjuana, a que otorgara un moche de un 20% al secretario del Trabajo (Marath Bolaños) porque ese dinero iba a ir a la campaña de Claudia Sheinbaum”, dijo el presidente López Obrador en su conferencia mañanera de lunes 15 de enero en Palacio Nacional.
¿Qué sigue? Que digan que él toleró la corrupción en el Instituto para Devolver al Pueblo los Robado, o que dejó pasar el fraude por 9 mil 500 millones en Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), caso conocido como la Estafa Mestra de la 4T.
"Nos dolió mucho este fraude. Cuando me informaron, di la instrucción, de inmediato, de que se presentara la denuncia en la Fiscalía General de la República desde el inicio. Y me dolió porque se trata de un sistema (Segalmex) que creamos para establecer los precios de garantía o restablecer los precios de garantía que se crearon durante el Gobierno del general Cárdenas y luego se eliminaron", dijo AMLO al referirse a ese caso. Si a usted no lo conmueve el dolor del Presidente es que no tiene alma, o peor, tiene el alma corroída por el conservadurismo.
Y antes de que diga que si el Presidente está tan dolido con ese fraude porqué no metió a la cárcel al director de Segalmex, su viejo amigo Ignacio Ovalle, es simplemente que, al igual que sus hijos, sus hermanos y sus primos, el buen Nacho es inocente. Al novato funcionario, de 78 años, quien inició su carrera política en 1966 como jefe de la Oficina de Vendedores Ambulantes de la Secretaría de Gobernación, y quien 10 años después se convirtió en el secretario particular del entonces secretario Luis Echeverría Álvarez, lo chamaquearon.
“(Ignacio Ovalle) se confió y cometió el error de trabajar con personas corruptas”, dijo el Presidente, quien demostró que tiene un gran corazón, algo que nunca entenderán los conservadores y aquellos negacionistas que sostienen que la corrupción no ha llegado a su fin.
ME CANSO GANSO. - El tonto que lo crea. - El presidente asegura que su gobierno no censura a medios.
“Ahora una periodista (Azucena Uresti) que sale de un programa de televisión dice: debido a las circunstancias tengo que dejar este programa de televisión, y da la idea o da a entender que fue víctima de una censura. Nosotros no somos iguales a los autoritarios que gobernaban antes”, dijo el presidente López Obrador. Y, cómo el diría, ahora solo falta que encontrar al tonto que se lo crea.
Si usted lo encuentra, por favor repórtelo con este Arlequín.