Qué postura más fuerte y digna la del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador , de exigirle al presidente Joe Biden que reconsidere e invite a Cuba , Nicaragua y Venezuela a la Cumbre de las Américas , que se realizará en junio en Los Ángeles, California.
Aunque para los conservadores, fifís y neoliberales esta exigencia les parece muy mal -de hecho, todo les parece mal- no saben que estas tres democracias tienen cosas dignas de admirar, y de envidiar, por parte de la Cuarta Transformación .
Hay cosas que aprenderle a los maestros Chávez y Maduro , pues si algún obstáculo les impedía que avanzaran las obras o proyectos de la revolución bolivariana, simplemente era cosa de decretar o expropiar y asunto arreglado, resuelto. Aquí, todavía hay mucho camino para avanzar para alcanzar ese nivel de democracia. En México, la Cuarta Transformación todavía recurre, de vez en cuando, y cada vez menos, a los tribunales. Aunque está avanzando, pues el Presidente reconoce que la ley no siempre es la ley, todavía hace falta un poco más de desarrollo democrático para alcanzar los estándares ideales de Venezuela, Cuba o Nicaragua. Es quizá este tema el único en el que un cuatroteista bien nacido puede ser aspiracionista.
Usted ha oído hablar de un Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales en Cuba, o de un Instituto Nacional Electoral autónomo y ciudadanizado en Nicaragua, o quizá de órganos autónomos en Venezuela. Desde luego que no, esas hermanas repúblicas han evolucionado. En esas latitudes ya no pierden tiempo en cosas baladíes, como el respeto a los derechos humanos , o el cambio climático y todos esos temas que interesan solo a los burgueses, a los fifís y a los falsos ecologistas.
Por ejemplo, a quién sino a Daniel Ortega se le debe el legado de que la oposición no se convierta en un obstáculo para la revolución. No por nada, Ortega está por quinta vez en la presidencia y con cuerda para el tiempo que haga falta. Pero no crea que solo es ganar elecciones y tener la simpatía mayoritaria del pueblo, no basta con eso, el chiste es mantener a raya a los opositores. Y el líder de Nicaragua acabó de tajo con el problema, mandó a encarcelar a sus opositores antes de la elección.
Y al día siguiente de los comicios, ya con la reelección en el bolsillo, don Daniel calificó a los opositores encarcelados de "hijos de perra de los imperialistas yanquis" . Ortega no se anduvo con cartelitos, tendederos con los rostros de los traidores a la patria y amagos, él hizo lo que tenía que hacer y dijo lo que tenía de decir.
"Creen que somos colonia y quieren dictar cómo comportarnos y quieren decidir qué tipo de democracia debemos practicar", aseguró Ortega luego de que el Consejo Supremo Electoral le dio a su partido, el FSLN, una amplia victoria de 75.9% de los votos.
Y si con los opositores Ortega tiene mano firme, con la prensa es de hierro. Periodistas y dueños de periódicos encarcelados o en el exilio y medios de comunicación críticos tomados por el gobierno. La libertad de expresión es importante, pero la revolución lo es más. Aquí en México, la 4T ya se está avanzando en el tema, algunos periodistas comienzan a ser objeto de investigaciones judiciales, y otros, son sometidos a un linchamiento mediático. Le están echando ganitas, pero Ortega es, por mucho, el líder en este rubro.
En octubre de 2019, con 603 de los 605 votos, la Asamblea Nacional de Cuba eligió a Miguel Díaz Canel como presidente. Que chulada, que envidia. En la isla no se gastan millones y millones para hacer un proceso electoral. No pagan sueldos altísimos a consejeros electorales, no derrochan en campañas políticas. La polarización no existe, todos están de acuerdo con quién debe ser el Presidente y se acabó. Nada de voto por voto, casilla por casilla, pues para no tener ese problema no hay casillas. Y de los pleitos en Twitter entre díazcanelistas y fifís ni hablar, eso, simplemente no existe. Además, no hay prensa fifí, no hay medios conservadores, pura dicha y felicidad.
El primer líder, Fidel Castro , se mantuvo en el poder por casi 50 años, luego vino por un muy breve periodo de 10 años Raúl Castro, hermano de Fidel, y con menos de tres añitos en la presidencia, ahora dirige los destinos de Cuba Miguel Díaz Canel, un hombre que creció a la vera de los hermanos Castro y que según la Constitución podría estar un máximo de 10 años en el cargo, dos periodos de 5 años, aunque la Asamblea que lo eligió analiza la posibilidad de que pueda extenderse el mandato por toda su vida. Esa estabilidad democrática no existe en México, pues aquí cada seis años gastamos toneladas de dinero en hacer elecciones, y al final un buen porcentaje de los millones que votaron quedan insatisfechos, en Cuba eso no sucede, todos quedan felices, felices, felices.
Además, estas tres admirables democracias tienen en común que no se han doblado ante Estados Unidos. Donald Trump no puede presumir que haya doblegado a alguno de esos tres presidentes, y desde luego Joe Biden tampoco lo ha logrado.
Así que, aunque los conservas mexicanos se molesten, sería muy honorable y solidario que, si México no dobla a Biden para que invite a la Cumbre de las Américas a Cuba, Nicaragua y Venezuela, el gobierno mexicano debería hacerle el vacío a Washington y que el Presidente no asista a la Cumbre. De hecho, podría organizar con estos tres países hermanos su propia cumbre y decir a Washington y el resto de las democracias imperfectas de la región: “Tengan para que aprendan”.
ME CANSO GANSO. - No es falso, pero se exagera
El próximo miércoles en la gustada sección de la mañanera a cargo de la señorita que no sabrá leer, pero no roba, ya tiene su espacio asegurado el doctor Hugo López Gatell. Según un informe sobre exceso de mortalidad global presentado por expertos de la Organización Mundial de la Salud entre 2020 y 2021 la pandemia cobró la vida de unas 626 mil personas. Hugo y el gobierno informaron que fueron 324 mil las muertes. Ahora que también existe la posibilidad que se diga que la información de la OMS no es falsa, pero se exagera.