¡Por fin!, la solución para acabar con la inseguridad y la violencia en el país ha llegado, y para felicidad de los mexicanos es una más de las muchas cosas que tenemos que agradecerle a la Cuarta Transformación.
Ni la guerra de Felipe Calderón, ni los miles de millones de gasto de Genaro García Luna en equipos de inteligencia y espionaje, lograron lo que hoy la 4T ha logrado descubrir, gracias a un incidente lamentable, pero que ha dejado una gran enseñanza.
Y para no hacer más suspenso, le comento ya cuál es la solución que permitirá que usted y su familia tengan la atención inmediata de las autoridades cuando un peligro les aceche o que se les haga justicia cuando desafortunadamente hayan sido víctimas de un delito: simplemente, hágase acompañar siempre por un ciudadano estadounidense y, si puede, adopte uno.
No, no es que este Arlequín le haya dado un golpe de calor y que no sepa lo que está escribiendo. Ahora le explico. Esta semana, todos nos enteramos de que cuatro ciudadanos estadounidenses fueron secuestrados por un grupo criminal en Matamoros, Tamaulipas.
El gobierno mexicano desplegó en esa ciudad cientos de soldados, marinos, guardias nacionales, que junto con policías locales y estatales, e incluso el apoyó del FBI de Estados Unidos, iniciaron la intensa y fructífera búsqueda.
En cuatro días, esa fuerza, que trabajó de manera coordinada, logró ubicar a los cuatro estadounidenses y detener a uno de sus captores. Por desgracia, dos de los ciudadanos extranjeros fueron asesinados por los delincuentes, uno más estaba herido. La última del grupo resultó ilesa. Pésima noticia, pero entre esos nubarrones se asomó un rayito de esperanza.
Es decir, las autoridades mexicanas sí son eficientes y capaces de buscar y encontrar a los secuestrados, y de detener a los responsables, siempre y cuando haya algún ciudadano estadounidense afectado.
¡Lotería!, ya tenemos el remedio y estamos muy cerca de poder solucionar el problema. Si tenemos soldados, si tenemos marinos, si tenemos guardias nacionales y policías, qué es lo único que nos hace falta: solo un estadounidense.
Se imagina usted el sufrimiento que miles de víctimas se hubieran ahorrado de haber sabido que la manera de articular el esfuerzo de las autoridades mexicanas es que la integridad de un estadounidense estuviera amenazada, o que ellos también fueran objeto de ejecuciones y desapariciones.
Cecilia Patricia Flores, es fundadora del colectivo Madres Buscadoras de Sonora, quien busca a sus hijos, Alejandro, a quien uno de tantos cárteles despareció en octubre de 2015, y Antonio, que fue “levantado” en mayo de 2019 por un comando. Doña Ceci, como la llaman con cariño en su colectivo, ha tenido que suplicar al grupo criminal que se llevó a su hijo Antonio que le diga cuál es su paradero, que ella no quiere ya justicia, ni alguna acción legal contra ellos, que lo que necesita es la paz de poder conocer el destino que tuvo su hijo, y si fuera el caso, saber dónde lo dejaron para dejar de remover con sus propias manos la tierra y acabar con su búsqueda.
Que no habría dado Ceci, o las madres y familias de las otras 100 mil personas desaparecidas en México, por haber tenido la atención que recibió el caso de los estadounidenses.
Incluso, esta solución con la que la 4T se ha topado para encontrar víctimas, es tan buena que no solo las autoridades unen esfuerzos para encontrar a las víctimas, sino que incluso los criminales ponen su grano de arena.
La noche del miércoles, en Matamoros, el Cártel del Golfo, decidió entregar a los responsables del secuestro y asesinatos de los estadounidenses. En un mensaje dijeron que estos miembros de su organización actuaron bajo su propia determinación y con “indisciplina”, y respetuosamente, ofrecieron disculpas y prometieron que esos “errores” no se repetirán.
Qué más se pude pedir, unas fuerzas armadas y policiales eficientes, y unos criminales considerados, eso no podría ser posible si no fuera por la exitosa política de abrazos y no balazos de la 4T.
Ahora, solo es cosa de tener más estadounidenses en los municipios, estados y ciudades de México con mayor índice de violencia generada por la delincuencia organizada. Usted verá como muy pronto irán bajando los reportes de violencia en la medida que suba la llegada de estadounidenses a esas localidades.
No es necesario que Estados Unidos mande a México a sus soldados a perseguir a los cárteles del narcotráfico, como sugieren algunos legisladores y gobernadores estadounidenses. Bien ha dicho el presidente López Obrador que “el fuego no se puede apagar con el fuego” y que “la violencia no se puede combatir con violencia”, y si envían soldados lo único que habrá será más balazos y más violencia.
Lo mejor que los estadounidenses podrían hacer por sus buenos vecinos es enviar a más de sus ciudadanos para que se mezclen con los mexicanos y así disuadir a los criminales para que no anden por el país regando violencia, y para motivar a las fuerzas del orden a perseguir a los criminales y hacer justicia, y, si ya de paso, le pueden bajar un poco al consumo desmedido de drogas y al tráfico de armas, también sería de mucha ayuda.
Y, cómo amor con amor se paga, la 4T podría dar a cambio de los estadounidenses que lleguen a las plazas violentas del país, algunos consejos y talleres de democracia, ya ve usted que el Presidente dijo “respetuosamente que “hay más democracia en México, actualmente, que en Estados Unidos”, y si aquí nos sobra y allá les falta, pues que nos cuesta compartir.
O también podríamos mostrar nuestro agradecimiento recibiendo a ciudadanos estadounidenses que quieran gozar del sistema público de salud mexicano, con niveles de calidad tan buenos como el de Dinamarca, aunque para eso tendrían que esperar a fin de año, cuando el sistema sanitario estará funcionando al 100 por ciento, y que esté en posibilidad de atender de manera gratuita a los habitantes de México, y a los hermanos de Estados Unidos que lo necesiten.
Albricias, la 4T, por fin, encontró la solución para acabar con la inseguridad y la violencia: adopte un gringo y será feliz, feliz, feliz...
ME CANSO GANSO. – Ya se peleó con todas las fuerzas políticas mexicanas, ahora va por las de Estados Unidos. “Y si no cambian su actitud y piensan que van a utilizar a México por sus propósitos propagandísticos, electoreros, politiqueros, nosotros vamos a llamar a que no se vote por ese partido (el Partido Republicano), por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto”, dijo ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador. El problema de esta nueva “doctrina López” de política exterior, es que México no podrá quejarse si el Presidente de Estados Unidos pide a los mexicanos no votar por un partido político y sí votar por otro. Pero, salvo ese pequeño detalle, estamos frente a una nueva genialidad de nuestro querido tabsqueño.
ME CANSO GANSO II. -¿Y qué lo del árbol en Reforma es Ahue…huete?
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