Cada época tiene sus libros indispensables. Para esta que nos toca vivir, atiborrada de incertidumbre, polarización, fanatismo, manipulación e irracionalidad, el de Raúl Trejo Delarbre, “Posverdad, populismo, pandemia” (Cal y Arena, 2022) es, por derecho propio, uno de ellos. La revisión de los fenómenos a que alude su título responde sin duda a una urgencia coyuntural que salta a la vista, pero que tiene un trasfondo inmenso en el terreno de las ideas, la comunicación, las prácticas políticas y, desde luego, el desarrollo de los brotes pandémicos que ha sufrido la humanidad.

Que sea Raúl Trejo (uno de los más notables y rigurosos analistas de los medios de comunicación en México), quien lleve a cabo el abordaje de conjunto de estos temas, no debe extrañar a nadie: la manifestación –y por tanto percepción– de la posverdad que nutre al populismo campeante, así como la penosa gestión de la pandemia, tienen lugar primordialmente en la corteza mediática que el autor conoce muy bien.

En un sentido estricto los temas de los que se ocupa nuestro autor no son nuevos, pero sí profundamente actuales: la nefasta triada que invoca su título tiene ciertamente antecedentes lejanos y hasta remotos; tanto, que no creímos que en pleno siglo XXI –centuria que creímos esperanzadora en los más variados sentidos– pudieran converger de forma tan dañina y que incluso llegaran a producir la impresión (falsa) de que la insolente posverdad, el rampante populismo y hasta el virus del Covid 19 fueron incubados simultáneamente.

Por supuesto, no es así. La claridad meridiana, puntual, con la que Raúl Trejo va desplegando el contenido de su tríptico ensayo lo deja perfectamente claro, si bien es cierto que se han conjugado, por momentos perfectamente, las fake news, los desplantes más disparatados (trumpianos al norte y lopezobradoristas al sur) de la posverdad, la manipulación populista que hace inútiles señalizaciones ideológicas como “izquierda” o “derecha”, y la virulenta plaga que ha matado a millones de personas en todo el mundo.

El contexto mediático y político en el que surge la posverdad, es decir –en palabras de Trejo– el “desprecio por los hechos, la impostación de la realidad, el rechazo a la deliberación y, sobre todo, el engaño constante que buscan imponer gobernantes autoritarios de variadas ideologías”, es presentado en esta obra con todo rigor. La alteración evidente e incluso difuminación que experimenta la política a partir del uso y abuso de las redes digitales, es examinada como el resultado de la simplificación de la información, la estandarización y consiguiente empobrecimiento y trivialización de los contenidos en Facebook o Twitter, donde “aparecen mezcladas noticias de asuntos económicos y políticos con notas de deportes, espectáculos recomendaciones médicas y seudociencia, todo ello en medio de una vistosa profusión de memes y otras gracejadas”.

Allí donde los likes erigen lo que es “relevante”, aparece el terreno más propicio para que cada quien suponga desde las redes sociales que puede encontrar y expresar “su verdad”, sus “otros datos”, puesto que la verdad no existe y la realidad, dicho por los posmodernos, es una “construcción social” donde tienen cabida los “hechos alternativos”.

Y si este manejo de la posverdad se hace desde el poder y se cuenta con popularidad suficiente para hablar a nombre “del pueblo”, la verdad queda fácilmente soterrada, expuesta a la manipulación más grosera o al ninguneo más flagrante. El más zafio gobernante puede dictaminar cuál es “la verdad” sobre todos los temas que importan a una nación.

El recorrido que hace Trejo por las definiciones y conceptos que rodean al populismo es muy completo, pues se acompaña de las voces y perspectivas de algunos de los más brillantes estudiosos del tema. Y más allá de las diferencias que existen entre el “populismo clásico” (de Perón, Cárdenas y otros) y el actual, el libro consigue ordenar y resumir algunas de las características más destacadas de esta que no es tanto una ideología como una forma de ejercer el poder siempre culpando a los otros (adversarios, antecesores) de los problemas y fracasos; buscando dividir y confrontar a la sociedad; valiéndose de las elecciones para acceder al poder, pero minando, descalificando a las instituciones que se le opongan; llevando y trayendo la figura del “pueblo”, apropiándosela, enmascarando su autoritarismo con ella; socavando la diversidad, la deliberación pública; haciendo que prolifere la opacidad en el uso de los recursos públicos… En fin, todo el repertorio que hoy conocen perfectamente países como México, Argentina, Bolivia y, en un grado abiertamente dictatorial, Venezuela o Nicaragua.

No es sorprendente que en este clima de fake news y en pleno ascenso de regímenes populistas como el de Trump o López Obrador, la verdad científica en torno de la pandemia de COVID 19 haya sido objeto de burlas, ignorada e incluso atacada para dar paso, de un modo u otro, a la desinformación y al oscurantismo. El saldo de este manejo iresponsable, carente por completo de sustento técnico y científico, contabiliza cientos de miles de muertos y está más que documentado por el autor.

La lectura del libro de Raúl Trejo, en tiempos plagados de mentiras y retrocesos, resulta obligatoria para cualquiera que desee entender la más terrible y peligrosa conjunción de factores anticivilizatorios que vivimos: el desprecio por la verdad, el debilitamiento de la razón y el encumbramiento del populismo en buena parte del planeta.

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@ArielGonzlez
FB: Ariel González Jiménez



 

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