Antonio Rosas-Landa

Biden y las barbas de la 4ta Transformación

23/08/2020 |00:37
Redacción El Universal
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Chicago, Illinois. – Uno de los mayores errores que ha cometido la administración de Andrés Manuel López Obrador es obstaculizar la generación de energía por fuentes renovables. Con un nacionalismo trasnochado, han intentado violar concesiones y contratos con empresas internacionales que invertirían en generación eólica y solar. Sin embargo, la elección de un nuevo presidente en Estados Unidos podría poner un alto a estas políticas retrogradas del gobierno mexicano.

México antes de AMLO llegó a generar la energía por métodos renovables más barata del mundo, dando una ventaja competitiva al país para capturar inversiones. La responsabilidad del gobierno era mejorar la red de interconexión eléctrica para llevar la energía desde donde se produce hasta las localidades donde se consume.

En su lugar, la administración actual ha hecho todo lo posible para sacar del mercado a las inversiones europeas, canadienses y estadounidenses que invertirían en energías renovables. Esto a pesar de que producir energía quemando carbón y combustóleo, como lo hace la CFE, es 600% más costoso que la generación de energías limpias.

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México ha puesto en riesgo la entrada de miles de millones de dólares en inversiones ya pactadas y ha aterrorizado a potenciales inversionistas. Esta política errónea también ha generado tensión con gobiernos que ven cómo capitales de sus países se han puesto en peligro ante la incertidumbre.

A su favor, López Obrador ha contado con un liderazgo estadounidense aislacionista enfocado en los caprichos de Donald Trump. Esta situación ha dejado libre al gobierno de México para hacer las sandeces que ha querido en materia energética.

No obstante, las tendencias electorales en Estados Unidos dan una ventaja de entre 11 y 9 puntos al candidato demócrata Joe Biden a poco más de dos meses de la elección. Al mismo tiempo, el 72 por ciento de los estadounidenses expresan un gran interés en participar en la elección presidencial.

Si las tendencias se mantienen y Biden juramenta como el presidente 46, el 20 de enero de 2021, cambios radicales en las políticas exterior y energética afectarán al mundo. El candidato demócrata promete dar un impulso sin precedente a las energías renovables, reducir dramáticamente las emisiones en Estados Unidos y lo más interesante: “Biden no permitirá que otras naciones hagan trampa al convertirse en economías receptoras de quienes contaminan”, dice su plataforma política.

También promete organizar en sus primer 100 días en el poder una cumbre mundial para presionar a jefes de Estado de naciones contaminantes a sumarse a los esfuerzos estadounidenses en fijar metas ambiciosas para evitar el cambio climático.

Por su parte, la candidata demócrata a la vicepresidencia, Kamala Harris, tiene un largo historial en contra de prácticas contaminantes pues considera son un asunto de justicia social. Pues, aunque no lo entienda el presidente López Obrador, los efectos del aumento de las temperaturas y el clima extremo impactan mayormente a los más pobres y a los desprotegidos.

La elección de Biden será el meteorito que llevará a la extinción a los dinosaurios y trasnochados que hoy comandan la política energética de México. El nuevo liderazgo estadounidense hará sentir su peso para que las naciones contaminantes dejen de serlo. Por lo que, Cuarta Transformación, aquí les dejo agüita para que pongan sus barbas a remojar.

Periodista.
@ARLOpinion