Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) en México y a nivel global se encuentran en un periodo de recuperación tras el impacto de la pandemia por COVID-19. Además, durante este tiempo, han experimentado una transformación sistémica estimulada por catalizadores macroeconómicos y una reestructuración digital de las industrias a escala mundial. Por supuesto, hay cuestiones globales de fondo, como la alta inflación, volatilidad, etc., que están mermando su entusiasmo, sin embargo, el sentimiento general es optimista.
Específicamente en el frente digital, modelos de negocio -como D2C (Direct to Customer), SaaS (Software as a Service) y marketplaces- y diversos giros de PyMEs -influencers, freelancers y empresas remotas- están ampliando la larga lista de pequeños negocios que se esfuerzan por crecer. Para atender a estos mercados, las PyMEs necesitan un constante crecimiento y solicitar créditos para satisfacer sus necesidades de financiación. Sin embargo, hay un tema interesante, cada vez hay más PyMEs con pocos activos y rápido crecimiento que no pueden alcanzar los estándares tradicionales de garantías o rentabilidad exigidos por los bancos tradicionales. Como resultado, estos bancos tradicionales están perdiendo cuota de mercado, ya que consideran que los préstamos a las PyMEs son un esfuerzo de alto riesgo y costo. Por el contrario, las fintechs están detectando oportunidades al liderar la innovación y abrirles la opción al crédito.
A largo plazo, los prestamistas son el segmento de productos regulados que tiene mayor ventaja, pero sus metodologías de suscripción (underwriting) prevalentes tienen dificultades para asimilar los nuevos modelos de negocio e ingresos. Además, estas instituciones no están aprovechando el potencial de una evaluación de riesgos adaptativa y continua, la cual permite los flujos de datos digitales.
Para intentar resolver estos problemas, clasificaremos los financiamientos en tres categorías principales y hablaremos de las innovaciones de productos para este ámbito.
Para hacer posibles estos nuevos modelos de financiamiento, el principal habilitador corresponde a los datos alternativos de alta fidelidad, mismos que provienen de bases de datos públicas, plataformas digitales empresariales y otras fuentes. Además, la automatización financiera es fundamental para aumentar la velocidad y la eficiencia con la que puede evaluarse el riesgo crediticio.
En este sentido, los bancos tradicionales de todo el mundo están innovando y los bancos de LATAM deben evaluar lo que les funciona en su mercado local. Algunos ejemplos son:
1. Los bancos realizan pruebas de elegibilidad totalmente digitales para los productos de crédito solicitados, reduciendo el costo y el tiempo de respuesta de forma significativa tanto para los bancos como para las empresas.
2. Los bancos utilizan modelos automatizados para identificar los límites de crédito y los plazos de amortización a través de los distintos tipos de productos. Esto aumenta el potencial de un banco para recomendar y realizar cross-selling a través de una cartera de productos de préstamo diversa.
3. Los bancos que utilizan datos alternativos deben evaluar los patrones comerciales y de comportamiento, para detectar indicadores de riesgo y fraude.
El desarrollo de las PyMEs depende, en gran medida, de los apoyos financieros que reciban. Estamos viendo un panorama favorable para que puedan prosperar y seguir siendo un motor económico, especialmente para los países emergentes.
Financial Services Advisory, PwC México