El open banking es un fenómeno mundial. Todas las regiones alrededor del orbe han iniciado su implementación o contemplan iniciarla. Si bien los desarrollos tecnológicos parecen estar avanzando, el open banking sigue recibiendo críticas en la mayoría de los países donde ya se implementa. Los bancos tradicionales presentan quejas por los altos costos, la burocracia y, en algunos casos, las directrices poco claras de los reguladores.
Si bien, el Reino Unido a menudo se promociona como el líder mundial en open banking, inclusive en ese país todavía queda mucho trabajo por hacer para garantizar que el open banking muestre todo su potencial. A pesar de esto, el éxito inicial del open banking visto en otros países, como por ejemplo en Australia, debería inspirar a otros mercados a seguir sus pasos. Un potencial candidato podría ser América Latina, en donde el impulso del open banking aún está en construcción.
El modelo australiano tiene algunas características únicas que lo han llevado al éxito; este país a través de una autoridad centralizada está estableciendo un camino para el desarrollo del open banking, incentivando a los bancos a compartir datos con los proveedores de servicios de pago (PSP) y reduciendo en gran medida los gastos generales para los jugadores más pequeños; acciones que promueven la competencia e innovación. Profundicemos punto por punto:
#1 Definición de una autoridad central para la implementación del open banking
En primer lugar, el modelo de open banking de Australia ha establecido una autoridad central que dicta un camino para su desarrollo e implementación. Actualmente, muchos países donde se pone en marcha este sistema no tienen una autoridad central para regular las ineficiencias y posibles problemas que pudieran surgir en el proceso. Esto puede dificultar que los bancos y los proveedores de servicios de pago (PSP) se alineen y establezcan un "bien común", como la protección del consumidor. Por ejemplo, en Australia, se aplicó un esquema llamado "nueva plataforma de pagos" (NPP) para permitir que los bancos comercialicen sus plataformas, dando paso a una mayor innovación en torno a la experiencia del usuario. La NPP sirve como un organismo coordinador y crea valor para todos en el ecosistema. Esto lo hace por medio de un conjunto de incentivos que benefician a los bancos y fintechs de soluciones innovadoras que, a su vez, permiten a los comercios reducir su costo de servicio al tiempo que aumentan la seguridad de pago para los consumidores.
La nueva plataforma de pagos de Australia fue desarrollada en conjunto con todos los bancos del país; creando así una red cohesiva que asegure resultados óptimos para el consumidor, al tiempo que cumple con la protección del cliente. Otro punto a favor del NPP, es que también es compatible con los sistemas de pago más antiguos y permite migrar los mandatos, eliminando cualquier barrera de entrada para los comerciantes.
La ausencia de una autoridad central no es ideal, ya que hace que sea casi imposible para los comerciantes moverse entre diferentes proveedores de pago sin incomodar al cliente y dificulta la generación de valor para el ecosistema en general.
#2 Incentivos a los bancos
Es necesario proporcionar incentivos comerciales para que los bancos adopten el open banking. En el Reino Unido y en otros países, el open banking ha obligado a los bancos a compartir datos con los PSP y permitir pagos programados para crear una mayor competencia en el mercado. Pero más allá de cumplir con las regulaciones y evitar sanciones, actualmente no existe un incentivo comercial claro para que los bancos actúen por encima del mínimo indispensable. Esto significa que los bancos están haciendo lo suficiente para cumplir, en lugar de impulsar el desarrollo y la innovación. En Australia, los reguladores también han hecho que los bancos respalden las solicitudes de pago de los PSP, pero con el beneficio de poder determinar las reglas del juego. Esto, a su vez, ha incentivado una mayor participación.
Los reguladores a nivel mundial deberían considerar este tipo de iniciativas y comenzar a trabajar de cerca con los bancos y fintechs para descubrir qué servicios adicionales con valor agregado serán los más útiles y luego dejar que estos organismos decidan cómo comercializar estos servicios. Lo importante es trabajar con el ecosistema actual para fomentar la innovación basada en lo que ya se ha construido, en lugar de comenzar desde cero.
#3 Eliminar los gastos generales de los proveedores externos
Finalmente, otro aspecto positivo en el modelo australiano es la forma en la que fomentan la participación de jugadores más pequeños. Los altos costos para acceder al mercado significan que solo aquellas empresas con escala mayor pueden cosechar las recompensas del open banking. Reducir los costos de trabajar con proveedores externos (TPP), para acceder a la red de open banking, anima a las empresas más pequeñas a participar, lo que fomenta una competencia constante.
En el Reino Unido y otros países, muchos TPP son agregadores de API, (interfaz de programación de aplicaciones, por sus siglas en inglés) pero tienen que pasar por el largo proceso de registrarse en el sistema de cada banco si quieren trabajar con ellos para brindar servicios de intercambio de datos o iniciación de pagos. Por su parte, el enfoque de Australia permite acceder a todos los bancos a través de una sola institución financiera, que está conectada a una red más amplia. Esto significa que los TPP no tienen que destinar tiempo valioso registrándose en todos y cada uno de los bancos de forma individual y, por lo tanto, el mercado está compuesto por una mezcla de empresas más pequeñas y otras de mayor escala.
Tener en cuenta estas mejoras potencializa y acelera el potencial que tiene el open banking en países donde aún está en pañales. Espero que pronto veamos surgir mejores modelos de open banking para garantizar a los usuarios todos los beneficios que esta tecnología tiene para ofrecer.
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