En 1996, Octavio Paz tenía 82 años y era un escritor reconocido a nivel mundial. Sus admiradores no sólo abarcaban los circuitos académicos, sino también estrellas internacionales. Con John Cage tuvo una nutrida amistad, y gracias a él conoció a John Lennon y a Yoko Ono. Sin embargo, uno de los episodios más curiosos que vivió en la farándula derivó de unas calurosas declaraciones de la actriz Sharon Stone.

Stone había realizado estudios en Artes y escritura creativa en la Universidad de Pensilvania, y se confesaba devota de la escritura de Paz. Algunos de sus libros favoritos del poeta son Árbol adentro y La llama doble, que probablemente leyó en español, ya que domina el idioma. En la cumbre de su popularidad, el semanario francés Paris Match dedicó a Stone su portada y le hizo una entrevista donde se le preguntó quiénes era los hombres que amaba. Ella respondió: Magic Johnson, el Dalái Lama, Octavio Paz, Gerard Depardieu y Jack Nicholson. Afirmó sobre el poeta mexicano: “Me enciende el alma. Un amigo me dijo que debería dejar de hablar de él. Me veo como una estúpida estrella que quiere demostrar que ha madurado. Si lo conociera, podría enamorarme locamente. Cuando un hombre es así de excitante intelectualmente, te nutre sensualmente, independiente de su edad”. Apareció también una foto del escritor con una provocativa nota: “He sets my main on fire”.

Un año antes, la actriz había intentado contactar a Paz para invitarlo a cenar, aprovechando que ambos estaban en el estado de Georgia, él en Atlanta en las Olimpiadas Culturales y ella en Savannah, filmando la película Last Dance. La oferta de Stone no sólo era tentadora por lo que el encuentro significaba, sino porque se ofrecía a cubrir los viáticos.

Paz se rehusó debido a su agenda: luego de Atlanta tendría que ir a Harvard y, posteriormente, volar a París. De acuerdo con los medios, en compensación, Paz le enviaría algunos libros autografiados. Para ello, Javier Aranda, colaborador en la Editorial Vuelta, conseguiría su dirección y haría el envío. Las declaraciones de Aranda alentaron el morbo en la prensa, por lo que éste tuvo que aclarar la nota: “El pasado 23 de mayo le pedí a su reportero Juan Manuel Navarro el teléfono de la oficina de la actriz Sharon Stone. Quería enviarle, a título personal, un par de libros del señor Octavio Paz. Eso bastó para que su reportero inventara —por carecer quizá de material informativo de relevancia— que el propio Octavio Paz le enviaría a la actriz algunos de sus libros autografiados. Esa información publicada antier por El Norte y Reforma es falsa. Sirvan estas líneas para aclarar lo anterior y para pedirle que, por respeto a sus lectores, las publique en el mismo espacio en que apareció la nota apócrifa”.

Con todo, el envío de los libros a Stone se efectuó y en agradecimiento ella le envió a Paz un último mensaje de admiración, que se encuentra en la correspondencia del poeta en Princeton: “Gracias por darme la oportunidad de escribirle. Quiero que sepa cuán profundamente conmovida estoy por sus palabras, que mi alma ha sido tocada por sus pensamientos. Mi vida como artista siempre me ha permitido viajar y frecuentemente me he sentido sola, sus palabras han sido amigas para alguien que expresa sus sentimientos con un regalo”.

El asunto no tuvo mayor cobertura. Según Domínguez Michael, cuando Marie José fue cuestionada sobre este episodio, respondió “que tras haber competido con sor Juana ya nada la arredraba”.

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