En 1955, el escritor sonorense Edmundo Valadés publicó uno de los mejores cuentos de la literatura mexicana. En “La muerte tiene permiso”, una turba de voces exhibe la tensión central entre la justicia institucional y la social, entre una visión moderna del Derecho y una tradicional, anterior al Estado. La eficacia con la que se construye la narración de Valadés está sostenida por dos elementos: primero, la organización de la información; en segundo lugar, el tono crítico, irónico, sin concesiones. No parece difícil relacionar estos dos componentes con el análisis que ofrece Pablo Majluf en “El pueblo bueno y sabio. Reflexiones sobre los linchamientos en México” (Aguilar, 2024).

Este ensayo, que inaugura la colección “Ideas” de la editorial, presenta una exploración profunda y multifacética de un tema que, aunque oscuro y complejo, resulta crucial para relacionar aspectos de nuestra sociedad y una visión del ejercicio político en la actualidad. Majluf, analista político de amplia trayectoria, no se limita a describir eventos trágicos o señalar víctimas o victimarios, sino que se adentra en las raíces que dan forma a este inquietante fenómeno para aventurar una hipótesis sugerente: los linchamientos encarnan la amenaza del “fantasma vivo” del “Pueblo” y representan una figura estructural y nebulosa de la “tenebra”, rama de la política mexicana que resuelve el dominio de lo público en el espacio privado. Así, la cuestión estudiada se explora desde una óptica que vincula el contrapuesto lugar de la psicología social frente a la acción del Estado.

Viñeta de Angel Gilberto Adame
Viñeta de Angel Gilberto Adame

Como insinué líneas atrás, uno de los aciertos de la obra de Majluf consiste en la presentación de la información, pues no sólo se reproduce una crónica de eventos específicos ni una bitácora de registros históricos, académicos o periodísticos. Es verdad que el punto de partida narra el trágico caso de los hermanos Copado Molina, linchados en Ajalpan, Puebla, en 2015; no obstante, existe un esfuerzo por incluir otras voces y perspectivas con la finalidad de distinguir las aristas del asunto, como la de José Antonio Aguilar Rivera, experto en ciencias políticas y prologuista del libro, o la de Mónica Ramírez Cano, psicóloga y criminóloga. Todas estas perspectivas se encadenan con el análisis de datos.

La apuesta del autor, sostenida con habilidad argumentativa, conecta el linchamiento con discursos políticos más amplios, particularmente con el populismo. Este vínculo plantea interrogantes sobre la instrumentalización del Pueblo en la naturaleza del Poder y la Justicia. El libro destaca así las tensiones de un país que lucha por reconciliar su forma de ejercer el poder con la realidad de sus acciones colectivas. La ironía no corrosiva, sino interrogativa, y la narrativa precisa y expositiva funcionan como herramientas para desentrañar la complejidad detrás del linchamiento, invitando al lector a una reflexión menos superficial sobre las implicaciones morales y éticas del fenómeno.

En última instancia, “El pueblo bueno y sabio” promueve el diálogo sobre la justicia y el papel del individuo y la comunidad en la formación de la conciencia colectiva. Majluf desafía al lector a considerar cómo las ideologías, específicamente el populismo, pueden influir en las acciones colectivas y, a veces, justificar actos de violencia extrema bajo la apariencia de la justicia popular. Como su título advierte, ese Pueblo nos incluye, pero nos interpela. Nos cuestiona sobre qué tan bueno es el “bueno”; qué tan sabio es el “sabio”.

Únete a nuestro canal ¡EL UNIVERSAL ya está en Whatsapp!, desde tu dispositivo móvil entérate de las noticias más relevantes del día, artículos de opinión, entretenimiento, tendencias y más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS