Para 1968, la hermana de Marie José, Madeleine, vivía en Córcega junto con su esposo, Georges Marguier, y su hijo pequeño Fréderic. El 7 de septiembre, Marguier fue nombrado vicerrector en Ajaccio y era el responsable de la educación primaria, secundaria y media técnica de la zona, así como administrar la enseñanza de la juventud y los deportes, y resolver asuntos de educación superior en caso de emergencia. También desempeñaba las funciones de rector de la Academia Aix-Marsella.

Marguier recién había terminado un periodo como agregado cultural en Laos, y otro como coordinador de la Alianza Francesa en Buenos Aires. Durante casi 10 años la familia había vivido lejos de Francia. La estancia del matrimonio en Ajaccio había significado para Madeleine regresar, al fin, a sus orígenes genealógicos.

Ángel Gilberto Adame (viñeta)
Ángel Gilberto Adame (viñeta)

El 11 de septiembre la familia abordó un vuelo de Air France con rumbo hacia Niza, con la intención de visitar a Pierrette Jeanne Poli, madre de las hermanas Tramini. La cercanía de su residencia al destino, escasos 310 kilómetros de distancia, se traducía en un viaje por aire de apenas 50 minutos. La primera etapa del recorrido transcurrió con normalidad. A punto de aterrizar, acaeció la tragedia.

Al día siguiente, desde Delhi, Paz y María José leyeron en la portada del “Corse nice-matine” el siguiente encabezado:

“La aeronave Ajaccio-Niza explotó al contacto con el agua. Uno de los motores se incendió a 36 kilómetros del Cabo de Antibes. El piloto de otra nave, quien atendió la llamada de auxilio, reportó las últimas palabras del capitán: ‘el fuego nos rebasa, no podremos llegar a Niza, vamos a estrellarnos’”.

En el incidente perdieron la vida 95 personas, incluidos Madeleine Tramini de 35 años, Fréderic Marguier de 7 años y Georges Marguier de 38 años. La gran mayoría de los restos se hundieron en el mar Mediterráneo. Sólo cinco cuerpos fueron recuperados.

Entre quienes fallecieron se encontraban el general René Cogny, compañero de armas de Charles de Gaulle y un importante comandante de las fuerzas militares en el norte de Vietnam; Henry Rivert, comisario principal de la policía de Ajaccio; André Pinon, director de correos, telégrafos y teléfonos de Córcega y el mismo Marguier, quien a su deceso fue recordado por los diarios.

El informe oficial, publicado en 1972, indicó que el desplome sobrevino por un incendio en la parte trasera del avión, presuntamente causado por una colilla depositada en el bote de basura del baño. Sin embargo, no hubo intento aparente de sofocar el fuego, pues, cuando se examinaron los restos, se encontraron los extintores intactos, lo que haría sospechar de esta versión.

Un grupo de autores sostiene que el gobierno francés ha ocultado evidencias que involucrarían al ejército, amparados en el anuncio del periódico “Le Figaro” dando a conocer que el campo de tiro aire-tierra, “zona Titán”, estaría operando durante esos días. Los periodistas Max Clanet y Jean-Michel Verne, en su libro “Secret d’État” afirman que un error de navegación hizo que el aeroplano desviara su rumbo, donde el calor de sus motores atrajo a un misil.

Otro elemento que apoyaría esta hipótesis es una supuesta grabación registrada en la instalación militar del monte Ages, donde la voz del controlador dice: “Lo hemos perdido, lo hemos perdido”. Se afirma que esta grabación fue requisitada por personal castrense.

Lo ocurrido al vuelo AF 1611 sigue siendo un misterio casi 55 años después. Así, Marie José nunca supo el porqué de la muerte de su hermana, su cuñado y su único sobrino.

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