Al concluir las labores diplomáticas de Yves Mas en la India, fue asignado a la recién independizada República Centroafricana. Marie José ya no lo acompañaría. Mas contaría en sus “Memorias” lo siguiente: “Así que aterricé en Bangui, en este mes de mayo, alrededor de la medianoche, después de un día entero de viaje que me había dejado tiempo para quejarme sobre mi matrimonio, obviamente ya al final. Yo estaba convencido de que mi esposa no se reuniría conmigo allí”.

Por su parte, Marie José se instaló con su madre en la capital francesa, cerca de su hermana Madeleine, quien desempeñaba una encomienda gubernamental en Giverville, en Normandía. Ahí pudo conocer a su único sobrino: Frédéric Marguier Tramini, quien había nacido en 1961.

Ángel Gilberto Adame (viñeta)
Ángel Gilberto Adame (viñeta)

Según cuenta Malva Flores, en medio del proceso de separación de Mas, la casualidad hizo que Marie José se reuniera de nuevo con Paz:

“Como sabemos, en 1963 Paz había recibido la noticia, increíble para él, de que había obtenido el prestigioso premio de la Bienale de Knokke-le-Zoute: el Grand Prix International de Poésie […]. En mayo de 1964 Paz le escribió a José Luis Martínez anunciándole su posible viaje a París y a finales de mes, el 26, le rogó que hiciera una reservación en el hotel Montalambert o Pont Royal, a partir del 5 de junio. De acuerdo con Rodrigo Martínez Baracs, José Luis Martínez hizo la reservación en el Hotel Cayré para esa fecha. Pero el 5 de junio Paz aún estaba en Delhi y le había escrito un cable urgente a Martínez para que cancelara la reservación e hiciera una nueva en el Montalambert o el Palais Royal. Llegaría el viernes 12 de junio. El hotel, que en realidad se llamaba Pont Royal, fue el sitio donde Martínez hizo la reservación”.

Inaugurado en 1923, el hotel Pont Royal ganó popularidad al inicio de la década de los 40. En esa época abrió el bar situado en el sótano del hotel, frecuentado por los escritores de ediciones Gallimard. Así, el lugar era punto de reunión, entre otros, de Roger Nimiez, Jacques Laurent, Antoine Blondin, Romain Gary, Alphone Boudard, Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir.

Según los recuerdos de los protagonistas, el reencuentro se dio más o menos así:

“La vida puede dar un giro, una voltereta terrible o maravillosa en un solo segundo. En retrospectiva, nos preguntamos qué habría pasado si no hubiéramos caminado un día preciso, a una hora precisa, por alguna calle. ¿Qué habría ocurrido si ese día, en la calle, pasa frente a nuestros ojos un auto y nos impide ver o reconocer el rostro de nuestro destino, el que cambiará para siempre nuestras vidas? Marie José caminaba ese día, a mediados de junio, por la Rue Montalambert, en cuyo número 5-7 se encontraba el Pont Royal. A medida que se acercaba le pareció reconocer una silueta a través de la puerta de vidrio del hotel. Había salido de la India el año anterior y no había vuelto a saber nada de Octavio Paz, [hasta que] ese día, tras la puerta giratoria del Pont Royal, reconoció a Marie José: ‘El pájaro caído /entre la calle Montalambert y la de Bac / es una muchacha / detenida / sobre un precipicio de miradas’. Quizá las miradas eran muchas. La importante fue la suya y, tal vez, fue también la reconciliación de Paz con la vida. Después del encuentro, Marie José partió hacia la confrontación con su destino que se resolvió en la separación de su esposo y alcanzó a Paz en Ginebra. No se separarían jamás, porque el poeta seguía visitándola ‘en espíritu’, decía, todos los días”.

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