Tras su reencuentro en París en junio de 1964, Marie José y Paz ya no se separarían. Incluso después de la muerte de éste, seguiría visitándola “en espíritu”, todos los días, según contaba ella.

Tal como narra Christopher Domínguez Michael, el hecho de que ella, aún casada, mantuviera una relación con Paz, le costó “ser nombrado embajador en París, [pues] la cancillería mexicana lo consideró impropio, dado ‘el pequeño escándalo diplomático causado por su unión’”.

Mientras tanto, la vida de Madeleine Tramini también sufrió cambios: su esposo Georges Marguier fue nombrado vicerrector y maestro de física en Córcega, por lo que junto con su hijo menor Frédéric, se mudaron a Ajaccio. Por último, para estar más cerca de sus hijas, Pierrette Jeanne Poli se estableció en Niza, en el número 11 del boulevard Caffarelli.

Marie José vivió en amasiato con Paz casi un año. El 15 de junio de 1965 obtuvo el divorcio de Yves Mas, por lo que ya estaba en posibilidad de casarse. La pareja no imaginaría que su próximo matrimonio estaría en riesgo, ya que, por esas fechas, Elena Garro, azuzada por su hija, promovió un amparo contra el divorcio que el poeta había tramitado años antes en Ciudad Juárez.

Ángel Gilberto Adame (viñeta)
Ángel Gilberto Adame (viñeta)

En Nueva Delhi, Marie José forjó entrañables amistades. Una fue con Ali Lakhdari, primer embajador de Argelia en la India, cargo que asumió en enero de 1965; el diplomático recordaría que años atrás el doctor Tramini le salvó la vida a su padre. Otra sería con Sham Lal, un crítico literario y periodista que se desempeñaba como editor de "The Times of India". Lal escribió sobre Paz: “La actividad poética nace de la desesperación ante la impotencia de la palabra y termina en el reconocimiento de la omnipotencia del silencio”. También, el artista plástico Krishen Khanna, a quien luego Paz le pediría realizar un retrato de su futura esposa, “aunque normalmente no hago retratos. Tengo que decir que fue el peor retrato que había hecho, pero Paz me perdonó eso”.

Por su parte, Paz le envió a Alfonso Rosenzweig una carta con fecha del 28 de diciembre de 1965 para contarle sus planes:

“Te escribo para darte una noticia —por lo pronto aún confidencial y pedirte un señalado favor. Sobre lo primero, la noticia, podría escribirte una carta de muchas páginas. Prefiero, sin embargo, limitarme a una sola frase: he decidido casarme. Ya te contaré todo cuando nos veamos y tenga el gusto de presentarte a Marie José (tal es el nombre de la que será mi mujer). Espero ir a México a fines de mayo o principios de junio del año próximo, una vez que terminen los cursos en Cornell […]. Por lo demás, tal vez Antonio y Margarita González de León te hayan dicho algo: están al tanto de mi proyecto y conocen bien a Marie-José. […] El favor: he escrito al licenciado Carrillo Flores para anunciarle mi proyecto y pedirle la autorización de rigor (Marie José es francesa, pero, por supuesto, adquirirá la nacionalidad, pero desearía que su respuesta no demorase demasiado: quisiéramos que el matrimonio —una ceremonia interna— se celebrara unos días antes de nuestra salida de Delhi (los cursos de Cornell inician el 6 de febrero)”.

Así, una tarde del 20 de enero de 1966, Khanna recibió una extraña llamada telefónica: era la secretaria del embajador Paz, solicitando su presencia urgente en la residencia oficial: “Me dijeron que era una reunión secreta. Eso me preocupó, soy pintor, no agente secreto. Cuando llegué allí, Paz me dijo que quería que fuera testigo de su boda”.

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