Tal y como se había anunciado hace un par de meses, esta semana se concretó la adquisición, por parte del estado mexicano, de 13 plantas de generación de energía eléctrica que pertenecían a la transnacional española Iberdrola.

Tal y como fue dado a conocer por Iberdrola, las 13 plantas adquiridas, que serán operadas por la Comisión Federal de Electricidad (CFE), representan una capacidad instalada de 8 mil 539 MW. Con esta adquisición, el estado mexicano estará generando, este mismo año, el 55 por ciento de la energía eléctrica, mientras que las empresas privadas del sector, en su inmensa mayoría extranjeras, estarán generando el restante 45 por ciento.

Lo anterior representa no sólo detener la tendencia de control creciente por parte de empresas extranjeras, sino de incluso revertir ese esquema perverso impuesto por los gobiernos neoliberales del PRI y del PAN, a los que les tiene sin cuidado que sean extranjeros los que dominen sectores clave de la seguridad nacional.

En 2018, los gobiernos del PRIAN dejaron una proporción de 52 por ciento de generación por parte de CFE, por un 48 por ciento de los privados extranjeros. Para 2021, dada la herencia de contratos dejada por los gobiernos neoliberales y la complicidad de sus peones en el poder judicial, la proporción de CFE había disminuido al 38 por ciento, mientras que las transnacionales extranjeras dominaban ya el 62 por ciento, a pesar de los esfuerzos de un gobierno nacionalista, como hace años que no teníamos.

Recordemos que las proyecciones para el final del sexenio eran del 70 por ciento para extranjeros y de sólo el 30 por ciento para CFE y a finales de la década, la proporción sería 85 por ciento para las transnacionales y ya un triste 15 por ciento para el estado mexicano. Con lo que no sólo habríamos perdido soberanía energética, de manera irreversible, sino que serían los extranjeros los que fijaran las tarifas de consumo a la población. Lo primero que harían esas transnacionales es eliminar el subsidio del que gozamos todos los mexicanos, gracias a un servicio público.

Por ahora nos salvamos de que lo que pasó en 2021 cuando las tarifas eléctricas en Italia, Francia, España y Alemania pasaron de 1.40 pesos el kWh, en mayo, a 7, 6.50, 5.80 y 5.20 pesos, en diciembre, respectivamente. Es decir, aumentos del triple y hasta el 500 por ciento en tan sólo siete meses. Mientras que en México las tarifas se mantuvieron estables.

De esto es lo que nos salvamos al recuperar soberanía en el sistema eléctrico nacional.

Académico de la UAQ

Suscríbete aquí para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, y muchas opciones más.
Google News

TEMAS RELACIONADOS