Los altos niveles de desempleo han sido un problema crítico en México desde hace varios años. El empleo, en gran medida, es determinado por la inversión que se realiza en el país, sin embargo, este importante factor económico ha venido presentando caídas desde hace varios años como consecuencia de diversos factores, entre ellos las políticas implementadas por el actual gobierno que poco incentivan a la inversión del sector privado, la ausencia de reglas de juego, el incumplimiento de contratos, la reducción de la inversión pública, y los temas de corrupción e inseguridad que existen en el país. Aunado a esto, en 2020 se presenta una importante caída en la actividad económica como consecuencia de la pandemia causada por el Covid-19, lo que debilita aún más la inversión privada, generando un impacto negativo en la creación de empleos en el país. Dado lo anterior, es fundamental revisar las cifras del empleo para entender que tan grave es la situación laboral en México hoy en día. Las cifras que aquí se presentan corresponden a los meses de marzo y abril de 2022.
La población y el empleo
Para conocer y entender las cifras de empleo del país es importante hacer algunas clasificaciones de la población que integra el mercado laboral. La población total a marzo de 2022 es de 128.36 millones de personas (mdp). La población está clasificada por población en edad de trabajar, quienes suman 99.19 mdp y población menor con respecto a la edad de trabajar que son 29.09 mdp. La población en edad de trabajar, a su vez, se divide en población económicamente activa (PEA) y población no económicamente activa (PNEA).
La PEA, que son aquellas personas quienes tienen un empleo o están en busca de uno, al mes mencionado, llegan a 58.36 mdp. Este número de personas se subclasifica en población ocupada, 56.63 millones, y en población no ocupada, 1.73 millones.
La población ocupada puede ser categorizada de acuerdo con la formalidad, de esta manera, las personas empleadas en empleos formales son 25.04 millones, mientras que las personas quienes trabajan en la informalidad son 31.59 millones. Asimismo, dentro de la población ocupada se encuentra otra clasificación referente a la población subocupada. La población subocupada son aquellas personas que sí tienen un empleo, pero tienen disponibilidad para trabajar más horas al día o más días a la semana, estas suman 4.77 millones.
De otra parte, la PNEA hace referencia a las personas que no están empleadas y tampoco buscan trabajo. En la PNEA hay 40.83 mdp. Estas se dividen en población disponible para trabajar y población no disponible para trabajar. Los primeros hacen referencia a aquellas personas quienes no tienen un empleo, pero no están en busca de uno (por lo que no son considerados dentro de los desocupados), esto por distintas razones, siendo las principales porque no encontraron y se cansaron de buscar o sí encontraron, pero las condiciones, generalmente en términos de salarios, no eran las mejores. Los disponibles para trabajar suman 7.67 mdp. La población no disponible para trabajar son personas que no pueden emplearse porque tienen alguna discapacidad o por su edad. En esta clasificación también se encuentran los jubilados, los estudiantes y las amas de casa. Estas personas suman 33.16 millones.
La verdadera necesidad de empleo
El desempleo se puede medir a través de tres formas: la tasa de desempleo simple, la tasa de desempleo extendido y la brecha laboral. La tasa de desempleo simple representa el porcentaje de población desocupada que existe dentro de la PEA.
La tasa de desempleo extendido se diferencia de la tasa simple porque toma en cuenta, además a la población disponible para trabajar, por lo que es un porcentaje de la suma de la PEA y la población disponible para trabajar.
La brecha laboral es la definición más amplia que existe para calcular el desempleo en el país. En Estados Unidos esta tasa es denominada como U6. La brecha laboral toma en cuenta a los desocupados y a los disponibles para trabajar, como la tasa de desempleo extendida, pero además agrega a la población subocupada, siendo también un porcentaje del total de PEA y población disponible para trabajar.
Dadas estas definiciones, ahora es importante revisar como han ido cambiado estas cifras a través del tiempo. En el siguiente cuadro se presentan las cifras de desempleo a finales de 2018 y 2019, en el punto más crítico de la pandemia (mayo 2020), a finales de 2020 y 2021, y a marzo de este año.
Tal como se puede observar, aún antes del inicio de la pandemia, la necesidad de empleo ya era muy urgente. La recuperación económica a partir del segundo semestre de 2020 permitió que la brecha laboral se redujera de manera importante hacia finales del año. No obstante, a marzo de este año todavía se encuentra muy por arriba de los niveles vistos a fines de 2018, por lo que aún queda un largo camino por recorrer.
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**Doctor en Economía, con estudios en la UNAM, CIDE, Princeton y UAM. Twitter: @foncerrada