En Estados Unidos el millonario Michael Bloomberg está haciendo exactamente lo opuesto de lo que vemos en otras democracias, incluyendo la mexicana. Lejos de querer quedar bien con el presidente y prestarse a sus farsas y mentiras, el empresario dueño de una empresa de medios de comunicación; de servicios financieros y software, está inyectando enormes cantidades de dinero para, primero, hacerse de la candidatura demócrata y, segundo, ganarle a Donald Trump en las elecciones de noviembre al considerar que su presidencia ha sido tóxica para Estados Unidos.
El tres veces alcalde de Nueva York no parece asustado de que esta inyección de capital y las críticas a Trump le vayan a generar una represalia para él o sus empresas.
Por más semejanzas que existan entre Donald Trump y Andrés Manuel López Obrador, esa discrecionalidad para amenazar a empresarios utilizando a las instituciones del Estado para intimidar, no es una herramienta con la que cuente el presidente de Estados Unidos. Así que Michael Bloomberg ha decidido, tardíamente, que quiere sacar a Trump de La Casa Blanca. Y para ello no se ahorra ni adjetivos ni dólares.
El anuncio de su precandidatura lo hizo apenas en noviembre. Tan ha sido una decisión de último minuto, que no ha participado en los caucuses de Iowa ni en la primaria de New Hampshire y seguirá estando ausente de las contiendas primarias hasta las que se lleven a cabo el 3 de marzo, el supermartes.
Muchas veces se ha dicho que ningún presidente ha ganado la nominación sin haber quedado en primer o segundo lugar ya sea en los caucuses de Iowa o la primaria de New Hampshire. La excepción fue Bill Clinton en 1992 y antes de eso, George Mc Govern, en 1972. Pero esas premisas del pasado ahora están puestas entre signos de interrogación por la enorme inyección de capital que está haciendo Bloomberg para aparecer a todas horas y en todos los canales en spots de campaña atacando a Trump, no a los precandidatos demócratas.
Ante ellos –Bernie Sanders, Pete Buttigieg, Amy Klobuchar, Elizabeth Warren y Joe Biden– Bloomberg se va a enfrentar por primera vez hasta esta noche en el debate que sostendrán los punteros demócratas en Nevada. El billonario podrá estar en el escenario ya que logró calificar al obtener más de 10 por ciento en las preferencias de los electores en más de cuatro encuestas. Y esto lo ha hecho a base de los casi 300 millones de dólares que ha gastado en anuncios en televisión y redes sociales. Para los próximos meses su campaña ha anunciado que simplemente en anuncios digitales y de televisión va a invertir 600 millones de dólares.
Sus contrincantes más progresistas, como Elizabeth Warren y Bernie Sanders, han estado atacando a Bloomberg precisamente por pretender comprar la candidatura. Ayer, Warren tuiteó que el hecho de poder debatir con Bloomberg esta noche le va a permitir a los votantes observar cómo cada uno de los demócratas le hace frente a un billonario egocéntrico para darse una idea de lo que haría cada uno de ellos ante Trump en noviembre.
Bloomberg, sin haber hecho mucha campaña por tierra y sin haberse presentado a los debates, está en tercer lugar entre los precandidatos demócratas, con 16 por ciento de las preferencias. En careos frente a Trump, tiene una ventaja de casi 6 puntos con el presidente. Es, junto con Joe Biden, el que más ventaja le saca a Trump.
APOSTILLA
Ojalá esta noche, en el debate en Nevada, los moderadores cuestionen a los demócratas algo sobre México. Nevada es un estado con importante población hispana, la mayoría mexicana. Hace unos días en Telemundo se le cuestionó a Klobushar, Tom Steyer y Pete Buttigieg por el nombre del presidente de México. Solo un titubeante Buttigieg le atinó: “López Obrador… espero”, fue su respuesta.
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