Hoy, como cada semana desde el 30 de junio, veremos en la conferencia mañanera del presidente López Obrador a Ana Elizabeth García Vilchis darnos los datos del “Quién es quién en las mentiras”. Esta sección parece una radiografía del sexenio. Es una mala idea que lejos de sumarle al gobierno y al presidente le resta, pero aun así, se implementa. Ya puesta en práctica, se hace mal por los errores evidentes de su titular, que demuestra poca preparación e improvisación. A pesar de ello se repite y se persiste en el error.

Mala idea porque muestra que el presidente está a la defensiva. Que en lugar de poder mostrar con acciones los logros de su gobierno, tiene que atacar a los medios para justificar sus fracasos. En un régimen democrático es difícil que salga bien parado un presidente que ataca a los medios que lo critican con investigaciones fundadas. En Estados Unidos lo intentó Donald Trump durante 4 años con el resultado que conocemos.

La puesta en práctica ha sido desastrosa. Desde el primer miércoles del Quién es Quién en las mentiras los errores de Ana Elizabeth García Vilchis fueron suficientes para, si no cancelar la sección, buscar a alguien con más preparación para el ataque.

Al mencionar notas y columnas que hablan de espionaje a periodistas, Vilchis dijo que hubo nado sincronizado, refiriéndose a que varios escribieron y reportaron sobre lo mismo. Le pareció tan serio, tan serio el asunto, que se aventó el chiste de decir que esos periodistas ganarían medalla de oro en las olimpiadas. El chiste se lo acabó llevando ella cuando se le señaló que una de las notas que mostró con bombo y platillo, publicado en la revista Forbes, fue de 2017.

Al criticar un texto publicado en el portal de Univisión, Vilchis comentó que era un periódico estadounidense, algo que evidentemente no es este canal de televisión, uno de los más importantes de habla hispana en el mundo.

Para criticar otro texto, mostró la investigación del periodista Emilio Godoy, publicado en El País, sobre desechos nucleares en Laguna Verde. La crítica no fue por que fuera falso sino porque se hizo viral en redes. El periodista, al verse atacado, mostró en Twitter la solicitud de información que hizo al gobierno, ya que Vilchis criticó que para este reportaje no se había hecho precisamente eso: consultar al gobierno.

Fue tal el desastre que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos emitió una recomendación al gobierno para que reconsiderara la sección por estar afectando las garantías para un debate libre e informado.

No obstante, como ya mencionamos, el presidente ha decidido seguir con su sección del “Quién es quién en las mentiras” y con ello ha persistido en la implementación de una mala idea. A la conferencia mañanera del 4 de agosto, Vilchis llegó tarde. El presidente arrancó con la silla vacía a su lado que unos minutos más tarde una apresurada Vilchis corrió para ocupar. Ahí dijo su ya célebre frase de “no es mentira, pero se exagera” al referirse a una nota de Reforma del día anterior en donde el periódico daba cuenta de cómo la CFE ha subido un 20 por ciento la tarifa De Alto Consumo (DAC).

Para explicar las publicaciones que no hablan bien del gobierno, tanto Vilchis como el presidente señalan que se debe a que el periodismo está enojado porque ya no hay pagos para publicar notas favorables. “Vamos a resistir los ataques de los medios de comunicación… están molestos porque ya no reciben publicidad oficial, chayo”, ha dicho el presidente. Lo dice cuando nunca como ahora es evidente la creación de portales y de ‘periodistas’ a modo.

Así nos seguiremos, de miércoles en miércoles, con un presidente atacando la libertad de expresión a través de Ana Elizabeth García Vilchis. Una mala idea; mal implementada y en cuyo error se persiste. La radiografía perfecta del actual gobierno.

www.anapaulaordorica.com
@AnaPOrdorica

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