Primero se iba a vender el avión presidencial. Como nadie lo quiso comprar al precio que pedía el gobierno mexicano, el presidente salió con la ingeniosa idea de rifarlo. Como esa ingeniosa idea se topó con la realidad, el presidente decidió una nueva maroma: se rifa dinero en efectivo y lo único que implica al avión presidencial es la foto en el billete de la lotería.
Igual podría decir el presidente que va a rifar las Pirámides de Teotihuacán o incluso la Torre Eiffel. Lo único que tiene que hacer es poner la imagen de cualquiera de estas maravillas en el billete y ofrecer los mismos millones en efectivo. Es más, bajo la misma lógica podría rifar la Gran Muralla China; los (desaparecidos) Jardines Colgantes de Babilonia o la (también desaparecida) Biblioteca de Alejandría.
Por quinientos pesos que cuesta el cachito, los cien ganadores se pueden llevar 20 millones de pesos cada uno. Nada mal, dirían algunos. Aunque al venderse 6 millones de ‘cachitos’, la probabilidad de ser uno de los cien ganadores se diluye al grado que es mejor entrarle al Melate, que cuesta 15 pesos por boleto.
Ahora, si hasta este momento las maromas de la rifa del avión son absurdas, aún hay más. El presidente recibió el lunes en ese show matutino que da en Palacio Nacional un cheque del fiscal general de la República por 2 mil millones de pesos de dinero que dicen fue decomisado a delincuentes de cuello blanco que desviaron dinero del Infonavit. Con esos 2 mil millones de pesos dice el presidente que se van a pagar los cien premios de 20 millones de pesos de la rifa del ‘avión’ que será sorteado el 15 de septiembre. ¿Por qué se mezcla el dinero que recuperó la Fiscalía con el de la rifa del billete que tiene una foto del avión presidencial pero en el que se rifará dinero en efectivo? Es una maroma. Una maroma que no toma en cuenta que al tratarse de dinero que proviene de prestaciones laborales, son inembargables y por lo tanto no aplica la Ley de Extinción de dominio. Es ilegal que cualquier institución que no sea el Infonavit disponga de esos recursos. Pero aún así el presidente ya los comprometió para pagar los premios de su rifa.
Y aún hay más. A pesar de que ningún sorteo de la Lotería Nacional logra vender ni 500 mil boletos, el presidente anticipa que se van a vender los 6 millones de cachitos y que con ello va a recibir 3 mil millones de pesos. Parte de este dinero será para pagar equipo médico. ¿Por qué no utiliza el dinero de la FGR que recibió el lunes para, de una vez y no hasta la lotería de septiembre, comprar el equipo médico? Es una respuesta que solo conoce el presidente López Obrador.
Para sumarle a todas estas maromas, el presidente quiere acudir a los bolsillos salvadores de la clase empresarial. Cien empresarios están convocados el día de hoy a cenar a las 7 pm en Palacio Nacional para que el presidente les dé 40 mil cachitos de la rifa a cada uno para que ellos los coloquen entre sus empleados o se los queden como una acción solidaria para resolver las necesidades médicas y la rifa del avión presidencial.
A pesar de ser constante blanco de los ataques presidenciales desde la plataforma de la conferencia mañanera, ahora los empresarios tienen que ser solidarios y los salvadores de la ocurrencia. Un día sí y al otro también López Obrador los señala como los causantes de los problemas de México. Me pregunto si entre los convocados hay indignación ante los persistentes ataques, bloqueos a las inversiones, seguidos por esta exigencia disfrazada de petición que hace el presidente. Cada empresario tendrá que cooperar con 20 millones de pesos para ayudar al presidente López Obrador a sacar adelante una pantomima ridícula. Esperemos que los convocados le pongan un alto a la maroma presidencial de la rifa del ‘avión presidencial’, ya sea no acudiendo a Palacio Nacional el día de hoy o señalando que no pueden hacerse responsables por esos boletos.
Imagino que es mucho pedir.
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@AnaPOrdorica