Todo indicaba que la llegada de Biden significaría un viraje de los desplantes de su antecesor que tanto dañaron la imagen de Estados Unidos en el mundo. A la Casa Blanca llegaba un expertazo en temas internacionales. Durante décadas presidió el Comité de Relaciones Exteriores del Senado y después estuvo ocho años de Vicepresidente con Obama encargado de temas de política exterior que, entre otras cosas, lo trajeron de visita a México en más de una ocasión.
La llegada de gente profesional; pragmática y estratégica auguraba una recomposición de Estados Unidos ante sus aliados que, si bien no sería sencilla, sí sería posible. Pero tan solo en estos primeros ocho meses de gobierno lo que hemos visto es a un Biden actuando como Trump: agresivo; impulsivo y poco leal con aliados tradicionales de Estados Unidos.
Trump-ada 1: La retirada de Afganistán. Cuando el 8 de julio, Joe Biden ofreció una conferencia de prensa para anunciar la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán después de veinte años de guerra en aquel país, aseguró que la salida sería ordenada y que los Talibanes no serían una amenaza para los ciudadanos afganos ni un refugio para el terrorismo internacional. Menos de un mes después vimos la caída de Kabul a manos de los talibanes y una salida de los estadounidenses desordenada y poco preocupada por los afganos que los ayudaron. La salida fue una buena decisión, muy mal instrumentada. Recordé aquella frase de un guerrillero del Frente Nacional de Liberación de Vietnam sobre Estados Unidos cuando la salida de Saigón “Sólo existe algo peor que ser enemigo de Estados Unidos: ser su amigo”.
Así como los norteamericanos pudieron entrar y salir de Afganistán, de un momento a otro aun habiendo pasado veinte años en aquel país, así pueden ayudar y abandonar a cualquier otro aliado. Esa fue la primera Trump-ada de Biden.
Trump-ada 2: El trato a los migrantes haitianos. Si la salida de Afganistán fue tan caótica, quizás fue porque no había de otra, pensamos algunos. Pero al ver el manejo de la crisis migratoria de los haitianos que han llegado a la frontera de Coahuila con Texas en busca de asilo para ser o sacados de vuelta a México o volados de regreso a Puerto Príncipe como ganado, es evidente que hay un problema agudo en el gobierno de Biden. Las imágenes de agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo atrapando a los migrantes con la rienda de montar o golpeándolos con fuetes coronaron la visión de que entre los gobierno de Trump y Biden, no hay una diferencia en el trato inhumano a los migrantes.
Trump-ada 3: La estocada a Francia. El anuncio del acuerdo entre Australia, Gran Bretaña y Estados Unidos, AUKUS, para compartir con los australianos tecnología que les permitiera tener submarinos de propulsión nuclear fue una estocada a Francia porque el país perdió un contrato de 40 mil millones de dólares de ventas pactadas con Australia para submarinos convencionales sin que los estadounidenses ni los australianos les dieran un aviso previo.
¿Cómo es que el gobierno de Biden no pensó que debía informar al de Macron de algo así para lograr de AUKUS un acuerdo aprobado y avalado hasta por Francia? El ministro de Relaciones Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, denunció la puñalada por la espalda que recibió por parte de Estados Unidos. Para el Palacio del Elíseo, el cambio de Trump a Biden no resultó tan positivo como esperaban.
La idea de que el gobierno de Biden sería uno de poco drama y mucha estrategia se está cayendo a pedazos. Una razón para ello es la fijación de Biden con China que al parecer le está nublando visión. En la siguiente entrega ese nueva Guerra Fría con China será mi análisis.
@AnaPOrdorica