De un partido político donde su líder moral reparte culpas y otros datos, en lugar de responsabilidades y resultados, ya no debiera extrañarnos nada, pero Morena se esmera cada día y reta nuestra capacidad de sorpresa: ahora se dicen indignados porque su candidata solo aparece en un recuadro de la boleta.
En la recta final de la elección por la gubernatura del Estado de México, donde la candidata de la Alianza Va por el Estado de México, Alejandra del Moral, ha logrado remontar con apego a la legalidad –casi 20 puntos y creciendo--, gracias a su capacidad, propuestas y al gran equipo que la acompaña en cada rincón de la entidad más poblada del país, los morenistas y sus aliados buscan arrebatar a las y los mexiquenses, la oportunidad de elegir libremente a quien será su primera gobernadora.
Atrás de las veces que cada candidata aparece en la boleta, hay mucho más que un número y vale la pena saberlo: Del Moral abandera a cuatro partidos políticos que se unieron bajo la figura de Coalición: PRI, PAN, PRD y Nueva Alianza, van juntos pero no revueltos en la boleta, en lo que es una sana competencia por conquistar la preferencia del mayor número de electores cada uno, pero con la firme intención de consolidarse como el primer gobierno de coalición legalmente constituido del país.
Para ello, registraron ante el órgano electoral su compromiso de construir juntos un programa de gobierno y una agenda legislativa comunes y más aún: su convicción de cogobernar y de tener un contrapeso en el Congreso local, que deberá aprobar el convenio y el programa de gobierno de coalición, además de ratificar los nombramientos del gabinete propuestos por la próxima gobernadora.
Por otra parte, quienes hoy se victimizan de aparecer solo una vez en la boleta, olvidan decir que eso eligieron y hoy son víctimas de su propia conveniencia y comodidad, como lo demuestra el hecho de que, a escasas dos semanas de la elección, los dos partidos más pequeños no han concluido la integración de su estructura electoral.
Morena y sus aliados, PT y PVEM, no solo se opusieron en su momento a reformar la ley para tener gobiernos de coalición, sino que decidieron competir bajo la figura de Candidatura Común que, según la norma, debe aglutinar a los tres partidos en un solo recuadro.
Así, encontraron un buen “pegamento” para arrancar unidos, pero no el incentivo para ganar voluntades en las calles: inscribieron ante la autoridad electoral un convenio que considera tres fórmulas matemáticas para asegurar el porcentaje de votos que requieren PT y PVEM quienes, independientemente del resultado, tienen asegurado un mínimo de 3% de la votación que obtenga la candidatura común.
Este 2023, Morena ya no podrá pedir al electorado mexiquense el beneficio de la duda. Su incapacidad para dar resultados los llevó a perder en las elecciones de 2021, más de 30 municipios que habían ganado en 2018.
Lo saben y por eso se han valido de toda clase de artimañas: encuestas “patito”, turismo electoral, uso de recursos públicos para su campaña, robo y destrucción de propaganda y condicionamiento indebido de programas sociales.
Pero no han podido mermar a las instituciones que hacen valer nuestro derecho a elegir a quien nos representa: el Instituto Electoral del Estado de México y el Instituto Nacional Electoral. Este domingo 4 de junio salgamos a ejercer nuestro derecho sin amenazas ni engaños: los programas sociales están protegidos en la Constitución; es un delito condicionar el voto a cambio de cualquier apoyo gubernamental y nuestro voto es libre y secreto.
Morena y sus aliados no son víctimas, son los principales verdugos de un pueblo que quiere soluciones en vez de confrontaciones y que necesita tener acceso a programas y servicios, sin intermediarios, a través de instituciones, con respeto a la ley y a su dignidad.
Diputada federal reelecta por el Distrito 27 del Estado de México.
@AnaLilia Herrera.