El próximo 2 de junio las y los mexicanos decidiremos el futuro del país, optaremos entre la continuidad de un proyecto que no cumplió con el objetivo de pacificar al país, que desmanteló el de por si insuficiente sistema de salud y desarticuló un sistema educativo enfocado en la calidad; o bien, elegir un cambio que dé respuesta a las aspiraciones de una ciudadanía que ha sido denostada y excluida durante más de cinco años.
El reto no es menor y en ello cada parte cuenta, en ese desafío el Estado de México es pieza clave para el priismo nacional y para el país. El pasado 5 de enero arrancó el proceso electoral estatal, en una entidad que representa el 13 por ciento de la lista nominal, estado en el que se elegirán 2 senadurías, 40 diputaciones federales, 45 diputaciones locales y 125 ayuntamientos.
Se trata de la entidad con mayor número de habitantes a nivel nacional, más de 17 millones de mexicanos viven en territorio mexiquense, es el estado con 18 de los 100 municipios más poblados del país, como Ecatepec, Nezahualcóyotl, Toluca, Naucalpan, Tlalnepantla y Cuautitlán Izcalli.
El Estado de México es también la segunda economía del país y concentra 21 de los 100 municipios con mayores egresos, además se trata de un estado con una potente infraestructura, prácticamente las carreteras que cruzan el país pasan por territorio mexiquense.
Y si bien el año pasado la gubernatura quedó en manos de Morena y sus aliados, la fuerza territorial municipal de los partidos de oposición (PAN, PRI y PRD) es mayor en los municipios más poblados y con mayor índice de desarrollo.
No solo eso, en las elecciones locales del 2021, el PRI y sus aliados recuperaron más de 20 municipios que habían perdido en el 2018, pasando de 56 a 77, es decir, tienen en sus manos la mayoría de los Ayuntamientos de la entidad.
La elección de este año tendrá un fuerte componente local a diferencia de la elección por la gubernatura, las campañas de los liderazgos territoriales pesan y mucho en una entidad que a nivel local ha probado la alternancia y cuenta con un electorado altamente informado, crítico y que someterá a evaluación al gobierno federal, a los gobiernos locales oficialistas y por supuesto al gobierno del estado.
La población mexiquense de clase media, con aspiraciones de superación y alejada del conformismo es muy amplia en la entidad y tendrá fuertes incentivos locales para participar y salir a votar por el proyecto que signifique un cambio bueno para el país y para el estado.
Por ello lo que ocurra en el Estado de México es crucial para el país, pues junto con la Ciudad de México, es la región en donde se está formando una ola critica, una marea rosa y apartidista que rechaza de forma contundente la continuidad.
Por su parte, las y los priistas mexiquenses han cerrado filas con la candidata a la Presidencia de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, quien es también un activo importante de las campañas que comenzarán en unas semanas.