El argumento se les “desmorena” entre las manos, como todo lo que tocan. Llaman al cambio como alternancia, pero sus palabras carecen de credibilidad frente a sus hechos y omisiones como gobierno. Hoy, a diferencia de lo que ocurrió en 2018, sabemos de lo que son capaces, y de lo que no…
Morena y sus aliados representan una fiel analogía del microrrelato de Augusto Monterroso : "Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí", con todo lo que representa: el autoritarismo, la falta de respeto a los contrapesos y la división de poderes, el atraso, el chantaje, la corrupción y la impunidad.
En México nos tardamos décadas en construir normas, instituciones y políticas públicas para garantizar nuestros derechos y defendernos de los excesos en el poder. Una tarea siempre inconclusa que, debemos reconocer, no estuvo exenta ni de errores, ni de abusos.
Pero un pasado imperfecto, no justifica rendirse y mucho menos conformarnos ante un presente plagado de opacidad y retrocesos. Necesitamos unirnos y mirar hacia adelante para construir, erradicar la violencia y la polarización que hoy empieza en el discurso del oficialismo y que es incapaz de contener con abrazos la violencia en las calles.
Este 2023, tendremos elecciones para renovar la gubernatura mexiquense. Para empezar, la Candidatura Común por la que competirán Morena, PT y PVEM , se opuso en el Congreso local a modificar la ley para tener un gobierno de coalición en el Estado de México, e impugnó –sin éxito— dicha reforma en tribunales.
En el pragmatismo de una alianza que se mira al ombligo, registraron tres fórmulas matemáticas distintas para distribuir los votos obtenidos entre sus integrantes: todas garantizan al PT y PVEM mantener y con creces, su registro, gracias a una indebida transferencia de sufragios por parte de Morena, con lo que seguramente buscarán multiplicar sus prerrogativas para las elecciones de alcaldes y diputados locales en el 2024. Vaya cambio.
Del otro lado de la cancha, PAN, PRI, PRD y Nueva Alianza, dejaron a un lado diferencias para competir y luego cogobernar. Su apuesta es a conformar el primer Gobierno de Coalición legalmente constituido del país. Juntos, pero por separado en la boleta electoral, impulsarán a la hoy precandidata del PRI, Alejandra del Moral, lo que significa que cada partido deberá esforzarse no solo por mantener su registro, sino por superar sus porcentajes de aceptación entre la ciudadanía.
Lo más relevante, es la oportunidad de contar con una alternativa real y plural de gobernabilidad que impulse un programa de gobierno y una agenda legislativa comunes, e integre un gobierno donde participen hombres y mujeres de las distintas fuerzas políticas que deberán ser ratificados por el Poder Legislativo.
Al ubicarse en el corazón del país, la sociedad mexiquense es una de las más informadas y críticas del país y su análisis empieza a reflejarse en las encuestas.
Ayer esta casa editorial publicó la encuesta de Enkoll, que muestra el estancamiento de Morena y sus aliados, así como la tendencia creciente de la coalición Va por el Estado de México y desmorona la idea de que el cambio es solo alternancia: de diciembre a la fecha, disminuyó el número de personas que opinan que lo mejor es un cambio de partido en el gobierno y en el mismo periodo, aumentan quienes consideran que debe seguir gobernando el PRI.
El cambio en esta contienda, lo representa la posibilidad de tener por primera vez en México, un gobierno de coalición en el que el PRI es solo una de las partes, pues el PAN, el PRD y Nueva Alianza serán parte fundamental en los poderes Ejecutivo y Legislativo.
En tiempos de polarización, la coalición Va por el Estado de México representa un cambio responsable y con rumbo, donde más que ganar los partidos, triunfen las leyes, las instituciones y una sociedad dispuesta a analizar opciones y a participar para exigir resultados.
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@AnaLiliaHerrera