En medio del atraso, el autoritarismo y la apatía que representan Morena y su gobierno, el proceso para definir quién encabezará el Frente Amplio por México, (FAM) representa mucho más que un sano contraste: es un paso al frente a favor de nuestra democracia y por tanto, una luz en el camino para millones de personas.

Acostumbrado a dictar la agenda de la discusión pública, el oficialismo de las “corcholatas” —por aquello del destape y la obsoleta cultura del dedazo— se enfrenta hoy a una oposición que oferta un mecanismo inédito de selección en unidad y con la participación de la sociedad civil, pero también apegado a la legalidad.

Amordazadas, las corcholatas tienen prohibidos debates y hasta medios de comunicación, lo que no ha impedido acusaciones y enojos. En las oposiciones, en cambio, se debaten los temas que importan a la sociedad mexicana, se contrastan, se enriquecen visiones y, de paso, se luce la capacidad y experiencia de sus cuadros.

Mientras unos recorren el país buscando no incomodar y siempre agradar al “destapador” y a una encuesta, el Frente Amplio por México no se limitará a encuestar, sino que abrió sus puertas para registrar la simpatía de millones de mexicanos que participarán de forma libre y secreta el próximo 3 de septiembre.

El interés que el proceso interno del Frente ha generado es positivo para el país, ya que resta adeptos a la apatía que conviene a un régimen autoritario y abre paso a cientos de miles de personas que dejan atrás el miedo y la resignación para tomar las calles, las redes sociales y el destino del país en sus manos.

Una nueva conciencia ciudadana que sabe que en el FAM hay proyecto y que la apuesta es a unir, a construir, a resolver, a poner en el centro un mejor futuro para el país, en el que personas capaces, con experiencia, con visión y con inclusión, pongan freno al autoritarismo que lo mismo impone libros de texto gratuitos con errores y omisiones, que destruye la selva o cancela un proyecto como el Aeropuerto de Texcoco y con él, la oportunidad de detonar el empleo y el desarrollo en el oriente del Estado de México.

El Frente representa una alternativa de participación y reflexión que permite a los ciudadanos críticos, que no están conformes con los que ocurre en el país, con la destrucción y el atraso, tener un proyecto esperanzador.

Por nuestra parte, los partidos de oposición tenemos en este proceso reglas claras que dan certeza y piso parejo a los participantes; dejamos a un lado diferencias (que las tenemos), para poner en el centro al país, a las y los mexicanos e impulsar un proyecto sólido y competitivo.

Y por si fuera poco, las finalistas en el FAM son mujeres. Estamos frente a la posibilidad real, de tener a la primera presidenta de México. Beatriz Paredes y Xóchitl Gálvez, son mujeres que representan la lucha que las mexicanas hemos dado por muchos años, profesionistas y políticas que se han hecho a sí mismas, mujeres con autonomía y con causa.

En su famoso libro El fin del poder, el venezolano Moisés Naím, advierte que “El poder ya no es lo que era. En el siglo XXI, el poder es más fácil de adquirir, más difícil de utilizar y más fácil de perder”. El autoritarismo en México tiembla frente a una sociedad cada día más crítica y participativa, que ganó a pulso esta apertura democrática. ¡Salgamos a decidir este domingo 3 de septiembre!

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