Pasado mañana reiniciarán las clases presenciales en todos los niveles del Sistema Educativo Nacional, que en el ciclo anterior superaba los 36 millones de alumnos, en más de 262 mil escuelas públicas y particulares, con el apoyo de más de dos millones cien mil maestros.
De educación básica son más de 25 millones de alumnos y 1.2 millones de profesores; de educación media superior más de 5 millones de alumnos y 400 mil maestros; de educación superior, otros 5 millones de estudiantes de licenciatura y posgrado, y más de 554 mil docentes. Hay que agregar a casi dos millones de jóvenes que cursan estudios de capacitación para el trabajo y otros 88 mil que están en las normales.
Se trata del verdadero motor de este país. Todo gira en torno a los niños y jóvenes en sus escuelas. Por eso es tan grande el reto de regresar, después de que la pandemia por el Covid-19 nos obligara al encierro y a este cambio de vida que marcará a las actuales generaciones.
El daño al aprovechamiento escolar ha sido gravísimo. La SEP considera que tardaremos dos años en recuperarnos.
Un acercamiento a esta nueva realidad lo ha revelado el Gobierno Lópezobradorista, a través del subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas:
“Lamentablemente, las condiciones de confinamiento, las restricciones a la movilidad, la suspensión y otros factores han generado graves afectaciones en las niñas y niños de nuestro país, afectaciones en las etapas de desarrollo y salud mental por falta de convivencia comunitaria y por segregación social, afectación a su proyecto vida por la deserción escolar y por el incremento en la desigualdad y un asunto muy delicado que es el incremento en la vulnerabilidad ante la violencia familiar, el incremento de los homicidios infantiles y los embarazos en menores de edad”.
Las cifras son espeluznantes: “5.2 millones de estudiantes no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021, por causas relacionadas con el Covid o por falta de recursos; de estos, de acuerdo al Inegi, tres millones son niñas y niños”.
Además, ocurrió un incremento significativo de la violencia familiar durante la pandemia.
En el primer semestre de 2021 hubo más de 129 mil carpetas de investigación por violencia familiar, un 24% más con respecto al mismo período del año anterior, con todo y que la mayoría de las agresiones domésticas no son denunciadas. El 81% de las víctimas fueron niñas y jóvenes que resultaron agredidas, en el 66 por ciento de los casos, por sus propios familiares. Las agresiones fueron psicológicas, físicas, sexuales, de abandono, negligencia y económicas.
“Según el CONAPO, aseguró Encinas, en 2020 se registraron 373,661 nacimientos de madres adolescentes (…) Niñas entre 10 y 14 años fueron embarazadas por un amigo, un familiar, un desconocido o el exnovio, la mayoría por violación”.
¿Y qué decir de los suicidios infantiles? En 2020, hubo 1,100 suicidios de niños y niñas. Horrores a los que ha contribuido el encierro. Frente a esta realidad está otra, la de las muertes por Covid y contagios.
Según la Segob, del 12 de abril de 2020 al 22 de agosto de 2021, habían muerto por Covid, 758 menores de edad: 407 de 0 a 5 años, 112 de 6 a 11 y 239, de 12 a 17 años de edad; se habían contagiado156,990 menores: 24,108 de 0 a 5 años, 39,249 de 6 a 11 años y 93,633 de 12 a 17 años. ¿Usted mandará a sus hijos a la escuela?
Monitor republicano
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