La derrota que en 2018 le propinó Andrés Manuel López Obrador a la oposición, la mantiene en estado vegetativo.

Según el cómputo final de esas elecciones, de los 56 millones 601 mil 874 votos emitidos, el actual Presidente obtuvo 30 millones 110 mil 327 votos, equivalente al 53.20 por ciento de los sufragios. Ricardo Anaya alcanzó 12 millones 607 mil 779; José Antonio Meade, 9 millones 288 mil 750, y Jaime Rodríguez Calderón, 2 millones 960 mil 461.

Es decir, ni siquiera juntos habrían ganado.

Eso lo sabemos de sobra, y el propio López Obrador y sus seguidores se han encargado de recordarlo. Por eso los humilla al grado de llamarlos “ternuritas”.

Cuando un grupo de opositores dio a conocer el esfuerzo denominado “Yo sí quiero contrapesos”, en febrero de 2019, para defender la pluralidad, el diálogo y la reconciliación, el Presidente les puso ese mote, que no se han podido sacudir:

“Entiendo que están desesperados porque no se repone el conservadurismo. Sólo que no están haciendo bien las cosas. Yo les voy a dar a ellos un consejo respetuoso. Un buen consejo no se le niega a nadie. Yo pienso que podrían los conservadores, los intelectuales orgánicos del conservadurismo en México, podrían formar una escuela de cuadros para crear a la nueva clase política conservadora del país, porque ese es el problema que tienen. Tienen ausencia de cuadros políticos. Entonces, se desesperan y reúnen a gentes afines, los meten en un grupo, luego hasta ellos mismos dicen: ‘Yo no fui consultado, yo no estoy en ese grupo’, pero es parte de la desesperación”.

Y vino el calificativo:

“Entonces. Yo lo veo bien eso, o sea, que se reagrupen. ¿Qué sucede? Que están atravesando una crisis y se están precipitando, pensando que de la noche a la mañana pueden crear un grupo. No. Tienen que formar cuadros, no sacar la nota, no. Ya se reunieron y van a hacer contrapeso, pero eso es muy ficticio, pues es como para decirles ‘ternuritas’”.

Y, en efecto, los opositores no han aprendido.

En estos cuatro años son los mismos rostros con membrete distinto.

Y no se les ve despertar ni renovarse.

Si acaso, la movilización en defensa del INE puede quedar fuera de ese marasmo. Pero una golondrina no hace verano.

Esta semana, la oposición -o el conservadurismo como les dice YSQ - dio una muestra de que quieren despertar, al revivir la alianza Va Por México en los estados de México y Coahuila.

El presidente, nuevamente arremetió contra ellos:

“¿Dónde están los ideales? ¿Dónde están los principios? ¿Qué, no los partidos son entidades de interés público? ¿Qué, no tienen que presentar una declaración de principios y un programa de acción? Pero, bueno, ¿quién va a decidir? El pueblo. Pero sí tenemos que ayudar a informar, porque todo se silencia, sigue habiendo mucho dinero de por medio, mucho, mucho, mucho dinero, y la oligarquía quiere regresar por sus fueros, y son como una banda de malhechores”.

Y la oposición, calladita. Ternuritas , al fin y al cabo.

Con lo que nos han mostrado las oposiciones, la 4T seguirá gozando de cabal salud.

Monitor republicano

La bancada de Morena en el Senado alista una pasarela de aspirantes a la candidatura presidencial de su partido, como parte de su plenaria, organizada por su coordinador, Ricardo Monreal.

Será el próximo martes 31 de enero. El primero en hablar será Monreal; después, por separado, Adán Augusto López Hernández, secretario de Gobernación. Más tarde, Claudia Sheinbaum , jefa de Gobierno de la Ciudad de México. Y para cerrar la pasarela, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores.

¿Quién ganará el “aplausómetro”?

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