Hace 6 semanas comenzó en la conferencia mañanera del presidente López Obrador la controvertida sección: “¿Quién es quién en las mentiras?”.

El Presidente dijo que sería una sección “para dar a conocer las mentiras que se difunden en medios de información convencionales y también en las redes (…) que se asuma la responsabilidad de que se le debe respeto a la gente, que no se puede mentir impunemente (…) ahora si hay réplica (…) Nadie se debe sentir ofendido”.

Designó a una encargada para leer ese reporte, de quien dijo que le daba mucho gusto que hubiera aceptado “porque no todos tienen el valor civil para denunciar con argumentos, con hechos, porque no se trata de calumniar a nadie”.

En 6 reportes hasta la fecha hemos visto una mutación. De un arranque bravucón y pendenciero, derivó en la ironía, el escarnio, la mofa, la estigmatización, los apodos y la ocurrencia, insípida ocurrencia. Vaya, un taco sin sal.

Pero si así está el contenido, el performance involuciona peor.

Es de pena ajena. No recuerdo a un funcionario público con un desempeño tan furris en el atril.

Si están decididos a hacer ese ejercicio, deberían designar a alguien con más fuerza y calidad. Nos queda claro que se privilegia la cercanía y la lealtad, pero todo tiene un límite, hasta la intrascendencia.

Un consejo de buena fe para la TorQUEMADA mediática: lea antes lo que va a leer en público.

Tome un curso, si es necesario. Debe estar disponible hasta en las Academias Vázquez, si aún existen, y si ya no existen habrá otras.

Practique antes de “entrar al aire”. Siempre se batalla más cuando hay que leer lo que uno no escribió.

Si se le traba la lengua, muerda un lápiz al practicar, eso le aclarará la voz y, quizás de paso, las ideas.

Trate de controlar sus nervios y póngase polvo de maquillaje en el rostro. Resulta desagradable ver a una persona sudando la gota gorda frente a la audiencia y en una posible crisis de ansiedad.

Equivocarse en casi cada párrafo que se lee, evidencia torpeza, inexperiencia, improvisación y falta de respeto a su jefe máximo y a los miles que la ven y la escuchan.

Si estos comentarios de buena fe le sirven, que bien. Y si no, pues no y ya.

P.D. Siempre queda el recurso de grabar su “sección”.

Así, si se equivoca, solo fastidiará al operador de audio.

Se lo podrían producir mejor y usted solo lo presentaría y agradecería al respetable por su atención:

“Hola, muy buenos días, este es el reporte de la semana”.

Y concluiría: “Es cuanto, señor presidente, muchas gracias”.

Si sigue siendo muy complicado también podría grabarlo y hacer “play back”, solo tendría que mover los labios.

Finalmente, si no tiene convicción de lo que dice pues ¡no lo diga! No se vaya a “astillar”.

Monitor republicano

“Por el bien de todos, primero los pobres”, escuchamos cada vez que respira. Totalmente de acuerdo. Pero algo no está saliendo como prometió.

El informe del Coneval sobre la pobreza en México es terrible. En dos años de la actual administración aumentó el número de personas en situación de pobreza. Pasó de 51.9 millones de personas a 55.7 millones, de 2018 a 2020. Es decir, 3.8 millones de pobres más en México.

¿Qué sigue, quemar en leña verde al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social e intentar desaparecerlo? Pues sí, la historia lo registrará.

anarciae@gmail.com

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