Félix Salgado Macedonio se llama a sí mismo “el toro sin cerca”. Pero las tonterías que ha hecho en su vida y las atrocidades que habría cometido lo tienen convertido hoy, más bien, en un buey acorralado. No es en afán de ofenderlo, que se lo merecería, sino seguir la línea de cómo se autonombra, para aparentar que es indomable, que no tiene límites y que no se le puede poner un alto.
Han sido varios sus escándalos, algunos peores que otros, y todos estridentes. Lo mismo en su vida pública que privada.
Desde pleitos de cantina, enfrentamientos con la policía de la Ciudad de México, alterar el orden público con su motocicleta Harley, la toma de ayuntamientos, aeropuertos y carreteras hasta el inolvidable: “… yo si te parto tu madre, Nicho” cuando, siendo senador perredista, amenazó con golpear al presidente en funciones de la Cámara, el priísta Dionisio Pérez Jácome, por negarle el uso de la tribuna.
Ha sido senador, diputado, presidente municipal de Acapulco (cuando inició la violencia entre cárteles de la droga, por el control del puerto), director del periódico La Jornada Guerrero y hasta cantante.
Por tercera vez busca ser gobernador. Ya perdió contra Rubén Figueroa y René Juárez.
Hoy tiene la simpatía y el apoyo a ultranza del Presidente de la República, pero volverá a perder porque enfrenta acusaciones, no aclaradas satisfactoriamente por él, que van más allá de un borrachazo.
Varias mujeres lo acusan de haberlas violado. Extrañamente las denuncias en su contra no han prosperado. Esta semana la indignación creció porque a pesar de cinco acusaciones se registró como candidato de Morena a la gubernatura de Guerrero, tras ganar una cuestionada elección interna.
Asombrosamente, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha desmarcado de él. Por el contrario, ha reducido las gravísimas acusaciones a una grilla electoral alentada también por militantes de su propio partido: “… son tiempos de elecciones y hay acusaciones de todo tipo (…) ese tipo de acusaciones son muy fuertes, pero tampoco se pueden hacer linchamientos políticos (…) muchos de Morena están en contra de esta candidatura (…) hay instancias legales. Si alguien comete un delito pues en las instancias correspondientes se tiene que denunciar y buscar que se castigue. Lo otro pues es el quítate tú porque quiero yo (…) no quiero yo que sea él porque a mi me tocaba, aunque no quiso el pueblo de Guerrero (…) o la politiquería, y también los intereses, porque en todo esto siempre hay que preguntar: ¿Y de parte de quién? (…) hay que tenerle confianza al pueblo, ¿no?, la gente es la que decide. Si se hacen encuestas y la gente dice: “Estoy de acuerdo con este compañero, yo pienso que se debe respetar (…) ¿por qué todo esto, que hay detrás?, independientemente de que se trate de una demanda legítima”.
Félix Salgado Macedonio ha sido cercano al presidente desde hace muchos años, pero eso no explica y menos justifica que López Obrador se haga de la vista gorda.
Si, como dijo el Presidente, ¡ya chole! pero de que la conveniencia política se anteponga a la justicia. Si no renuncia a la candidatura, la campaña de Salgado Macedonio será un infierno. Las mujeres no lo dejarán en paz. Y, luego, perderá. Quien tenga abuela, madre, esposa, hermana, hija, sobrina o prima no lo elegirá.
Monitor republicano
Un abrazo fraterno a LOS UNIVERSALES por la ausencia de Juan Arvizu, gran reportero y cronista parlamentario, pero mejor ser humano. Mis respetuosas condolencias a su familia.