Como ocurre con otros programas, la conferencia de prensa mañanera se ha ido desgastando y perdiendo impacto. Se nota a leguas.

Hay que reconocer que ha tenido a un productor esmerado, el Presidente, y a un asistente, Jesús, que todo le procura. Pero el paso del tiempo no ocurre en vano.

Sigue siendo el gran instrumento de poder del gobierno, pero de uno que se acerca al cuarto de sus seis años. Y, además, con una sucesión presidencial adelantada por quien será sucedido.

La Mañanera

dura cada vez más tiempo. No es raro que ronde las tres horas diarias.

En contra de sus propios intereses, es impuntual. No inicia a la misma hora, cada vez más cerca de las 7:30 de la mañana, cuando la cita es a las 7 AM. (No causa gracia, más aún, inquieta que comience tarde porque, se afirma cachazudamente, que “había muchos temas que atender en la Reunión de Seguridad”. ¿Cómo estará el país, peor de lo que se publica?).

Y si arranca tarde y dura tres horas, el presidente debe imaginar que el país se paraliza por estarlo viendo y oyendo pontificar, remembrar, idealizar, juzgar, estigmatizar y recurrir a pasajes históricos que una de dos: evidencian su privilegiada memoria o su gran imaginación. Acaso, novelada.

El Presidente y su producción deben pensar, contra toda lógica, que más es mejor y no al revés, de lo bueno, poco.

Comienza la semana con un reporte de los precios de los combustibles y alimentos y el avance de las obras icónicas de la actual administración.

Esta semana, el “pasado de lanza”, “La Ratita”, le dice Vicente Fox, por supuestamente transa, estrenó sección para quemar en leña verde a los funcionarios que se atreven a ganar más que el presidente.

El mismo bufón enlista ahora a quienes han osado ampararse contra “una disposición que tiene ya la Constitución de nuestro país”.

Los martes, de la salud, la educación o lo que diga mi dedito. Los miércoles, las supuestas mentiras de la semana, narradas con torpeza insuperada, con la insipidez conocida.

Los jueves, el combate a la criminalidad y los días 20 del mes el despliegue táctico de nuestras Fuerzas Armadas, precisando donde están y cuántos elementos son, alertando a los malos, seguramente sin querer, por donde les pueden caer.

Y los viernes lo que se les ocurra, en la capital o en los estados, lo que convierte a este ejercicio en insufrible porque tenemos que soplarnos a los gobernadores anfitriones. (Qué, con alguna excepción, son arcaicos, zalameros, insulsos, demodé, viejos priistas, pues).

Si a todo esto agregamos que cuando llegan las preguntas algunas son hechas “a modo”, por paleros y gestores, desplazando a los verdaderos reporteros, el resultado es lo que vemos cotidianamente, una realidad alternativa.

Al Presidente no debe encantarle que lo comparen con Chávez o Maduro, pero, como ellos, también incluye en sus conferencias un segmento musical. Esta semana le tocó a Amaury Pérez, de la “nueva” Trova Cubana, en vivo.

Si tanto le gusta al Presidente, lo hubiera invitado a una bohemiada en sus aposentos de Palacio, con cercanos con los que hasta hubiera podido brindar.

La Mañanera se ha vuelto predecible, no sorprende y para aquilatar lo valioso, informativamente hablando, hay que escarbar mucho porque cada vez tiene más paja.

Parafraseando al Presidente: “no se puede poner vino nuevo en botellas viejas”. El formato de su conferencia de prensa ya caducó, aburre y conforme se acerque el fin de su mandato será cada vez más irrelevante.

Monitor republicano 

Renovarse o morir. Que comience por durar, máximo, una hora. Que se sacuda el lastre.

anarciae@gmail.com 


 

para recibir directo en tu correo nuestras newsletters sobre noticias del día, opinión, planes para el fin de semana, Qatar 2022 y muchas opciones más.