Durante décadas, el PRI compró votos el día de la elección presidencial.
El gobierno actual también, pero a diferencia de antes, los fue pagando bimestralmente a través de las pensiones, becas y demás apoyos del “Bienestar”.
A la pregunta de ¿por qué arrasó Sheinbaum?, la respuesta simple es: porque los beneficiarios de los diversos programas sociales no quisieron arriesgarse a perderlos. (Además de las estrategias de la “alta política”, la estructura territorial de su partido, sus cualidades personales y sus propuestas).
Es difícil criticarlos. Por años les vieron la cara y solamente los usaron cuando los necesitaban para ganar una elección. Por cierto, ahora también.
La diferencia es que actualmente sí reciben algo de lo mucho que necesitan y para que no se les olvide se los “cantan” todas las mañanas, con la consabida advertencia de que se lo deben a él y si no lo apoyan se los podrían quitar para que los políticos corruptos de siempre se los roben. El argumento es impecable.
Difícilmente se puede estar en contra del ideal de “primero los pobres”, y no solamente porque es lo correcto, vaya, hasta por conveniencia. Si los más necesitados tienen un respiro y se sienten atendidos difícilmente podrán amenazar a quien vive mejor que ellos.
El Presidente repite con frecuencia que el pueblo es agradecido. Lo conoce muy bien desde hace años y no le falló este 2 de junio. Al votar por Morena se lo agradecieron a él, al Presidente, a pesar de que el dinero que reparte no sale de su cartera ni las de los burócratas, sino de los impuestos que pagamos todos.
Varias veces he dicho aquí que el Presidente me parece un líder social extraordinario. No dudo de sus buenas intenciones, pero la manera de concretarlas a veces ha sido terrible y peor aún la actuación de varios en los que ha depositado su confianza.
Si la mitad de las acusaciones de las que hemos sabido pudieran probarse judicialmente, el ciudadano Presidente estaría rodeado de varios hampones.
Resultó preocupante que, en principio, Morena y sus rémoras también dominarán el Congreso. (Ya veremos con el conteo final).
Pero mientras eso llega, surgió una señal. Los dueños del dinero mundial hicieron valer su fuerza y le dieron un “cale” a la que será la nueva administración: tras conocerse el “carro completo”, hicieron perder a la Bolsa y castigaron la paridad del peso frente al dólar, obligando a confirmar que el actual secretario de Hacienda lo seguirá siendo en la nueva administración. Si algo pende de alfileres, se necesita al que sabe dónde están puestos. Fue un aviso.
A falta de otros contrapesos, hicieron valer lo que ya sabemos, que el dinero no tiene “amigous” sino intereses. Mientras haya sensatez y certidumbre, todos felices. El día que no, ¡amárrense los cinturones! Y falta ver qué dicen los americanos y los morenos “duros”.
Monitor republicano
De las cosas increíbles de la elección: que todo haya salido razonablemente bien, a pesar de la actual dirigencia del INE.
Por ejemplo, la presidenta Taddei contribuyó al sospechosismo, ignorando las cadenas nacionales de televisión para dar a conocer los resultados del Conteo Rápido, ¡porque se equivocó varias veces al grabar el mensaje! (Entrevistada, aseguró que quiso dar juntos todos los resultados).
También trasciende el agarrón que se dio la propia presidenta Taddei con la secretaria ejecutiva, la “Lorencista” Claudia Suárez, porque la noche del domingo se encerró 15 minutos en el Bunker del Conteo Rápido. ¿Por qué, para qué o por encargo de quién?