En los últimos días, hemos observado los esfuerzos del equipo de transición de la presidenta electa Claudia Sheinbaum por comunicar certidumbre jurídica y estabilidad financiera a los mercados.
Un elemento que la presidenta electa ha destacado, desde su paso como jefa de Gobierno de la Ciudad de México y ahora como parte de sus planes de gobierno, es la digitalización como un mecanismo para eficientar el funcionamiento del gobierno.
Coincido plenamente con la presidenta Claudia Sheinbaum en que la digitalización es un motor del bienestar.
Una política pública amplia orientada a favorecer la digitalización, no solo en las funciones de gobierno, tendría un impacto muy positivo en los niveles de inversión del país y, sobre todo, en beneficio del pueblo de México.
El sector financiero es uno de los ejemplos más claros al respecto.
Gracias a la evolución y a la digitalización de los servicios financieros, diversas instituciones han logrado incluir financieramente a millones de personas.
A través de herramientas digitales y tecnológicas, es más sencillo y eficiente analizar grandes volúmenes de información, entender mejor los comportamientos financieros y establecer bases para incluir a más personas y empresas como sujetos de crédito. Como resultado, millones de personas y micro y pequeñas empresas se han beneficiado del motor de bienestar que debe ser el mercado financiero.
México, en el último sexenio, ha sido testigo de lo anterior.
Hoy tenemos un sector en pleno desarrollo, donde varios jugadores incumbentes y disruptores han invertido importantes sumas de dinero en desarrollar sus modelos de negocio.
Grandes empresas innovadoras como Amazon y Microsoft han anunciado inversiones en nuevos centros de datos y estos han fortalecido al sector financiero; o Nu, que además de realizar nuevas inversiones, ha iniciado su proceso de licencia bancaria en México.
Sería de sumo valor una conversación activa entre la presidenta electa y las empresas que dictan tendencia en el desarrollo digital de los mercados y que han mostrado compromiso por el desarrollo del país. Escuchar sus valiosas experiencias y conocimientos puede ser fundamental para el desarrollo de políticas públicas efectivas.
Regresando al punto sobre la importancia de avanzar en materia de inclusión financiera, esto no se podrá lograr sin incorporar, como una política pública, los avances requeridos en materia de regulación financiera para que dichos modelos de negocios digitales puedan operar con costos más bajos y ofrecer servicios más accesibles y personalizados.
Promover la digitalización y apoyar a los modelos de servicios financieros digitales no es solo una cuestión de modernización, sino de justicia social y desarrollo económico. Es una oportunidad para crear un sistema financiero más inclusivo, equitativo y eficiente que responda a las necesidades de todos los mexicanos.
Profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Panamericana.