No, no enloquecí y tampoco voy caer en el lugar común de que en un clásico todo puede suceder (la mayoría de las veces gana el que mejor llega al partido). Pero la realidad es que, después de lo visto en los cuartos de final, considero que sería muy aventurado señalar a un equipo como el gran favorito a levantar el trofeo de campeón.

Pero antes de desmenuzar lo visto en cuartos de final, les solicito abstraerse de lo sucedido en la fase regular.

“Ahora sí enloqueció éste, ¿cómo vamos a dejar de lado lo hecho en el torneo?”, pensará más de uno.

Pero si lo hecho durante la campaña clasificatoria tuviera tanto peso, Monterrey habría destruido a Santos, por ejemplo. Y no fue así. El, a priori, gran pretendiente al campeonato, durante la eliminatoria contra el 13 de la clasificación se vio bastante terrenal y ahora cualquiera se le puede animar.

Siguiendo con el orden de la clasificación, toca hablar del América. Las Águilas se presentaron a la Liguilla como el otro gran aspirante y, tras el juego de ida, lo confirmaron. Pero en la vuelta, el América mostró todas sus falencias y sufrió demasiado ante el Atlético de San Luis.

Ojo, ni antes era una maravilla, ni ahora es una porquería. Pero lo que mostró el equipo de Fernando Ortiz es que hay mucha diferencia entre titulares y suplentes. Sin Israel Reyes y Henry Martín, el equipo parecía otro.

El Guadalajara, por su parte, vivió su mejor torneo en años. Toda esa solidez fue exhibida por un Atlas que superó al Rebaño Sagrado en los 180 minutos.

A Chivas le cuesta, tal vez más que generar jugadas de gol, sobreponerse a las adversidades y —en una eliminatoria— esa falta de reacción puede ser mortal.

También hay que destacar que ni Víctor Guzmán ni Alexis Vega tuvieron una buena serie contra los Zorros.

Finalmente, Tigres es el único equipo de la zona baja que se metió a la antesala de la final. Los felinos supieron aprovechar los errores del Toluca en la ida y, por algunos momentos, volvieron a ser ese equipo que daba miedo. Tres días después, estuvieron al borde de la hecatombe. No se puede cambiar tanto en tan poco tiempo y esperar tener la etiqueta de candidato al mejor.

Nada está claro de cara a las semifinales. América y Tigres tuvieron momentos de gran superioridad e instantes de sufrimiento extremo en cuartos de final.

Las Chivas consiguieron el boleto sufriendo más que el resto y los Rayados dejaron claro que saben sufrir, pero también que son vulnerables.

Adendum. Knut ahora es experto en natación artística (ya sin el Azul vivo, ve otras cosas) y me escribió que “imagínate si ellas y otros deportistas recibieran apoyo”. Sí, habrá que imaginarlo...

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