¡Se acabó la mentira! Ese podría haber sido el título para el duelo del pasado sábado entre el América y el Cruz Azul.
La cantaleta de que el arbitraje —sistemáticamente— beneficia a los de Coapa, no puede resistir cuatro goles anulados (correctamente todos), ni mucho menos una expulsión perdonada y un penalti no sancionado. Evidentemente, este juego no es el único ejemplo, pero no hay espacio suficiente para enlistar las veces que el arbitraje falló en contra de las Águilas.
Este juego servirá para dos cosas: el americanismo tendrá a la mano un argumento para terminar cualquier discusión en la que se traten las supuestas prebendas que el arbitraje tiene para con el club y para, de una vez por todas, acabar con el sospechosismo que rodea constantemente a nuestro futbol. En resumidas cuentas, ya no hay argumentos para tildar de “ladrones” a los árbitros, sin evidencia alguna.
En México, como en el mundo, hay árbitros buenos y malos. Y aquí, como en el resto del planeta, los silbantes se equivocan sin mala intención (claro que habrá casos excepcionales, en los que se perjudique a propósito a un club, pero justo eso son: excepciones).
Y es que el juez que comete un error es suspendido y —para sorpresa de muchos— quien no arbitra, no cobra. Entonces, ¿quiénes serán los más interesados en no meter la pata? (Es tan obvio que no pondré la respuesta).
Dudar y cuestionar es parte de la naturaleza humana, y está muy bien. Justo, ese comportamiento ha provocado grandes avances y cambios en la humanidad, pero se debe hacer con sustento.
Dudar por dudar, lo único que genera es un ambiente enrarecido, en el que los mediocres encuentran su refugio. Culpar a los árbitros de una derrota es mucho más fácil que mirar hacia adentro y asumir responsabilidades. Y, encima, no se dan cuenta que atentan contra la credibilidad de la actividad que les da de comer.
Además, la cosa no es pareja. Cuando un error arbitral le da la victoria al equipo que sea, sus integrantes “no hablan del arbitraje” o “son cosas que tiene el futbol”. Y, otro clásico del balompié mundial es que todo es relativo, porque de acuerdo al sapo es la pedrada. Si el sábado pasado, los cuatro goles anulados, la roja perdonada y el penalti no marcado hubieran sido para el otro lado... Óscar Mejía no podría ni ir al súper hoy.
En fin, seguramente estoy siendo demasiado optimista y nada cambiará...
Adendum. Al parecer, por donde vive Knut se quedaron sin servicio de celular desde el sábado a las 9:15 pm. Ojalá pronto se restablezcan las comunicaciones...