¿Jaime Lozano es responsable de esto? Por supuesto que sí. ¿Jaime Lozano es el único culpable? Evidentemente, no. Los futbolistas son los que saltan a la cancha y, generalmente, los máximos responsable de lo que sucede en un partido. Pero la crisis que atraviesa la Selección Azteca tiene varios padres, y no todos usan shorts. Los dirigentes de nuestro futbol también tienen su porción de culpa (la más grande, para mi gusto).
¿Despedir a Jaime Lozano es la solución? Considero que no. Es verdad que, en un momento adverso como este, la experiencia en el líder es fundamental. Pero, a esta escuadra nacional, ni Pep Guardiola auxiliado por Jürgen Klopp y Carlo Ancelotti la convertirían en un conjunto competitivo. No es magia. Y, para sorpresa de muchos, el futbol tampoco es que sea física cuántica o una cuestión tan complicada.
Aclaro que no estoy menospreciando el trabajo de quienes se dedican al futbol profesional en todas sus aristas. Pero hay una cuestión tan básica como que el agua moja: Sin buenos futbolistas, es imposible aspirar a lo más alto. Hoy, penosamente, en México hay muy pocos buenos jugadores. Y ahí entra la gran responsabilidad de los dirigentes, tanto de la Liga MX como de la Federación Mexicana de Futbol.
En el torneo local, se dejó de lado lo puramente deportivo. Con el adiós del ascenso y el descenso, indefectiblemente disminuyó la competitividad. La regla 20/11 (con sus falencias) dio, aunque fuera por obligación, paso a muchos jóvenes al máximo circuito. Quitarla fue un error. Y si a eso le sumamos el aumento indiscriminado en la cantidad de extranjeros permitidos... Pues se hizo el cocktail perfecto para que las Selecciones Nacionales quedaran anémicas.
Por supuesto, los actuales dirigentes de la FMF no tienen responsabilidad alguna con lo mencionado anteriormente. Pero (y dale con los peros) sí es de su incumbencia la elección de un entrenador novato para sortear una crisis histórica y continuar solapando las actitudes divescas de nuestros gallardos seleccionados. No olvidemos que a Lozano lo eligieron por “bienquerido”, que casi pidieron perdón públicamente porque el maldito de Diego Cocca los hacía entrenar y que les festejaron ganar una pinchurrienta Copa Oro, como si se tratara de un Mundial.
Han pasado 18 meses desde el fracaso en Qatar 2022. ¿Qué ha cambiado? De fondo, absolutamente nada. Han decidido iniciar un cambio generacional de manera tardía (era hace año y medio). En este tiempo, pasaron dos entrenadores, sin darse cuenta de que el problema no está en el DT, sino en la estructura. Pero bueno, lo único que cambió realmente es que el mandamás de la FMF ahora se llama “comisionado”, en lugar de “presidente”.