Lo que va a leer a continuación es incomprobable, pero no por eso carece de sustento. Vale la pena aclarar que es una simple apreciación desde afuera, sin los argumentos que el día a día de los entrenamientos y la planeación estratégica pueden otorgar. Aclarado esto, comencemos. Si el América quiere ser campeón, Emilio Lara y Salvador Reyes tienen que mejorar exponencialmente en lo defensivo o, de plano, sentarse en la banca.

Emilio Lara va a cumplir 21 años de edad el mes que viene; es decir, no se trata de un escuincle, pero no tiene ni 50 partidos en Primera División y eso es un punto a tomar en cuenta. Y es que el defensor aún tiene tiempo para mejorar y asentarse en el máximo circuito, pero esa inexperiencia es una carretera de doble sentido y en el otro carril es inconcebible la soberbia con la que, a veces, encara los partidos.

Lara es un defensa que lo que peor hace es defender; es un lateral moderno que se proyecta mucho y bien al ataque, pero sus falencias en lo defensivo (lo más relevante en su posición) le han costado puntos y eliminatorias al América. Tiene mucho talento y sus carencias en la faceta menos divertida del juego se pueden corregir, pero urge que sea pronto, porque —en la fase final del campeonato— una falla de esas puede significar el adiós del equipo.

Salvador Reyes festejará su cumpleaños 25 el mes que viene y, a diferencia de Lara, ya cuenta con más de 100 partidos en el máximo circuito. Aun así, el ex del Puebla es un lateral que desarrolla mejor la función ofensiva del juego que la defensiva. No ha cometido tantos errores como Lara, pero el América se da un lujo grande al contar con dos laterales cuya característica principal es atacar.

Evidentemente, Fernando Ortiz no es tonto. Y es que jugar con Lara y Reyes como laterales le da mucha profundidad y amplitud al ataque americanista. Utilizar a Miguel Layún y Luis Fuentes daría mayor seguridad en el fondo, pero en lo ofensivo se perdería mucho (por una cuestión lógica de la edad). He ahí el dilema para el América: ¿Qué se debe, o puede, sacrificar? Por ahora, la respuesta es clara: Lo defensivo, en pos de la búsqueda del gol.

Las Águilas se medirán al Monterrey y al Cruz Azul en sus dos próximos encuentros y ambos duelos, por cómo atacan esos equipos, serán pruebas de fuego para los laterales americanistas. Exámenes profesionales, por llamarlos de alguna manera, para determinar si ambos pueden con la responsabilidad que representa la Liguilla o si alguno (o los dos) deberán salir para buscar mayor equilibrio ante la fase de eliminación directa.

Adendum. “Ojo con mi Azul”, me escribió Knut, tras la victoria ante el Pachuca. Nuestro nórdico ya se volvió un cruzazulino a toda ley.

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