Los pobrecitos Pumas ya no existen. Esa cantaleta con la que —en los últimos años— se justificaban todos los fracasos auriazules, ya no tiene asidero. El cuadro universitario (por la institución a la que pertenecen, no por la condición de sus futbolistas) lleva años escudándose en esa falsa noción de que son un conjunto al que no se le puede exigir por su fragilidad económica y por. Una mentira absoluta.

Si Pumas batalla en lo financiero es responsabilidad, única y exclusivamente, de sus dirigentes. Los del Pedregal son un equipo grande que cobra fortunas por derechos de transmisión y publicidad. Y, en lo deportivo —al menos en este milenio—, nunca fue una escuadra repleta de canteranos sin experiencia. Sí, es cierto. Hubo periodos en que las malas administraciones provocaron que la calidad de sus jugadores no fuera la mejor. Pero eso ya quedó en el pasado.

A los Pumas hay que exigirles como lo que se supone que son: uno de los grandes de México. No hay pretextos.

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Y es que cuentan con un entrenador top. Mohamed acumula tres títulos de Liga MX, además de la Copa Sudamericana con Independiente, al igual que un torneo estadual y la Supercopa de Brasil con Atlético Mineiro. Un DT con esos blasones no garantiza nada, pero ayuda bastante.

César Huerta se estaría olvidando de su primer apodo gracias a que sigue brillando con Pumas
César Huerta se estaría olvidando de su primer apodo gracias a que sigue brillando con Pumas

Ahora, lo más importante: Los futbolistas. Sin tomar en cuenta los valores de los planteles que publican los sitios especializados (esas cifras no son oficiales y tampoco reflejan lo que pasa en la cancha), Pumas tiene un equipo más que competitivo. Sin ser ninguna maravilla, en el fondo están bien cubiertos con Julio González, Nathan Silva, Lisandro Magallán y Adrián Aldrete. Monroy poco a poco se afianza. Ergas y Ortiz podrían ser titulares sin problemas.

En la mitad de la cancha, a excepción de Eduardo Salvio, no hay ningún nombre rimbombante. Pero todos cumplen y Caicedo se destaca, a pesar de su juventud.

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Rodrigo López y Ulises Rivas han alternado, pero ambos siempre cumpliendo. Lo más importante en este sector es que, sin importar quién juegue, el funcionamiento se mantiene.

Pero en donde Pumas tiene con qué hacer la diferencia es en el ataque. A grado tal que Dinenno y Del Prete hoy son suplentes. Y es que César Huerta es el jugador de moda y el Toro Fernández lo complementa a la perfección.

Ya es hora de exigirle a Pumas. Y más aún, cuando ya pasaron más de 12 años sin títulos y deben cargar con esa losa, porque no existen “los pobrecitos Pumas”.

Adendum. “¿Cuándo empezarán a remodelar el Azteca?”, me preguntó Knut. No sé la respuesta, pero es un hecho que ya se tardaron.

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