Paradójicamente, la masificación de la comunicación y el acceso casi irrestricto a la información, atentaron contra la verdad como nunca antes en la historia. En estos tiempos en que reina la posverdad (decir mentiras, pues), evidentemente, el mundo del deporte no podía estar exento.
Vale la pena aclarar que este fenómeno no es nuevo. Con la proliferación de la radiodifusión, los mensajes comenzaron a cambiar al planeta.
El domingo, se llevó a cabo el Super Bowl. Por ende, nuestro breve repaso de mentiras que ya son verdad comenzará con la NFL.
“El Super Bowl es el evento deportivo más visto del planeta”, reza —más o menos— la cantaleta y, con la pena, pues no. La gran final de la NFL no llega a los 200 millones de espectadores a nivel global.
El año pasado, 115 millones de estadounidenses vieron el partido, y en el resto del orbe otros 56 millones de fans disfrutaron del juego. 171 millones en total.
De los 56 millones de personas que no viven en Estados Unidos que se aplastaron cinco horas en el sillón, 38 millones los pusimos entre Canadá y México.
Es decir que al resto de los alegres pobladores de la Tierra, les importó un pepino el juego. Para que se den una idea, la final de la Champions League entre el Manchester City y el Inter de Milán la observaron 450 millones de personas. Bastante más del doble. Ah, y meses antes del Super Bowl, mil 500 millones de seres humanos vieron la final de Qatar 2022.
Ya de eso de que “la NFL es la Liga más maravillosa del mundo”, no profundizaremos, porque no hay espacio suficiente. Pero si anda de curioso, nada más busque qué le hicieron a Colin Kaepernick, cómo se hicieron mensos con el tema de los golpes a la cabeza y sus consecuencias, o cómo mágicamente el video que confirmaba la agresión de Ray Rice a su pareja acabó “traspapelado” en un cajón de las oficinas de la “la Liga más maravillosa del mundo”.
El futbol, pero por supuesto, no está exento de estas mentiras. El Real Madrid es lo que es gracias a Franco. Pobres Pumas, pertenecen a una universidad, ¿cómo quieres que tengan presupuesto? Todos los futbolistas son vagos que sólo entrenan dos horas al día. Todos los empates son aburridos. Ahora sí, vamos por el quinto partido. Y el clásico que no falla en ningún país: al club grande siempre le ayudan los árbitros.
En México, el América es la epítome de la corrupción y la trampa.
Pero son tan tontos y tan malos que —con todo pagado— no se coronan, mínimo, una vez cada dos años. Raro, ¿no?
Adendum. “Cruz Azul vs Chivas en la final”, me escribió Knut. ¿Sabrá contra quién han ganado esos equipos?