No sé a ustedes, pero a mí hay dos palabras que ya me tienen hasta el gorro. Cada vez que las escucho, o las leo, se me retuercen partes del cuerpo que no sería correcto especificar aquí. Esos dos malditos vocablos son: .

Si yo fuera el encargado de nombrar a las cosas en el mundo, jamás hubiera escogido llamar de esa manera a esta etapa de nuestra historia.

En lo personal, me gustaría que la etiqueta que nos acompañe en estos tiempos fuera la de: normalidad transitoria. Y es que, si de algo estoy seguro, es de que en algún momento —a corto o mediano plazo— volveremos a la normalidad clásica.

La humanidad ha superado diversas pandemias y siempre se llegó al punto en que todos los habitantes de este planeta pudieron retomar sus vidas con total naturalidad.

Todos los que hoy caminamos en la Tierra nacimos tras la brutal pandemia de gripe española, y el Siglo XX transcurrió con la normalidad que las estupideces humanas (usted sabe cuáles) permiten.

No es que crecimos sin poder abrazarnos, besarnos, tocarnos, convivir con los demás o asistir a eventos masivos. Insisto, llegará el día que se culmine esta situación y volveremos a lo de siempre. Pensar en que esta será la nueva normalidad es, francamente, ser muy pesimista.

Ahora, ¿dicho tema que tiene que ver con esta ‘H’ publicación? Pues esta semana vuelve la Liga MX , en el marco de esta etapa de transición en la humanidad.

La pelota en México volverá a rodar de manera oficial; más allá de si es prematuro o no, es un hecho que sucederá. Y rodará bajo un esquema distinto, al que todos deberemos acostumbrarnos. Sin gente en las tribunas y con estrictas medidas sanitarias.

Y será responsabilidad de los involucrados respetar las medidas que el reglamento indica, para salvaguardar la integridad de todos y evitar que este periodo se prolongue más de lo debido.

Pero, particularmente, será obligación de las autoridades de la Liga no dar pasos de manera prematura en pos de un bien económico.

 

Al armar el calendario, los clubes de menor convocatoria pelearon por no recibir a los equipos grandes al principio del certamen, sino al final, cuando —consideran— que podrán contar con público en las tribunas.

Ojalá lo suculento de ese ingreso no lleve a nadie a tomar una decisión apresurada e incorrecta, porque no vale la pena arriesgar a nadie por unos pesos.

Más vale esperar un poco más para que esta normalidad no sea la nueva, sino simplemente transitoria.

Adendum

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Knut anda muy emocionado con el Cruz Azul. Aunque sólo ganaron un torneo de pretemporada, parece que el noruego podría ser un cementero más.

futbol@eluniversal.com.mx

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