Vivir en una contradicción debe ser un infierno. Imaginemos a un señor que tiene un auto de lujo (de esos que parecen nave espacial), pero que de milagro le alcanza el sueldo para llegar a fin de mes, y cada 30 días coquetea con la posibilidad de no poder pagar la renta. Hacia afuera, aparenta tener un poder adquisitivo alto, aunque todos los días reza para que a ningún compañero de trabajo se le ocurra que vayan a comer a un restaurante más o menos caro, porque ahí sí no habrá manera de estirar la quincena lo suficiente para cumplir con los gastos básicos.

En esa circunstancia, más allá de que alcance o no el dinero, la batalla interna entre lo que en realidad se es y lo que se muestra es el mayor problema, porque puede conflictuar al individuo hasta maniatarlo o hacerlo caminar por la cornisa que separa a la cordura de la locura. Vivir en una contradicción debe ser un infierno.

En el futbol mexicano, Chivas es ese señor. El Guadalajara vive en una contradicción . Cuando ganan, se inflan el pecho gritando que el título tiene más valor porque lo hicieron con puros mexicanos (¿por ser mexicanos estamos biológicamente impedidos para jugar bien?). Cuando pierden, es porque están en desventaja por jugar sólo con nacidos en el país (pónganse de acuerdo).

En Verde Valle, se enorgullecen del valor y el poder económico del club, pero se quejan de que les venden caro. Ante esto, prometen que serán autosuficientes, pero los mejores productos de su cantera son aprovechados más por otros clubes (Guzmán brilla en Pachuca y Macías explotó en León). Juran y perjuran que no quieren nada que huela al América, pero fichan a Oribe Peralta. Contratan presidentes y directores deportivos, pero todo está en manos de los dueños.

El problema en Chivas no es el director técnico, el tema es que los rojiblancos viven en una contradicción, en la que no hay proyecto y todo recae en el entrenador de turno. Luis Fernando Tena es el DT número 28 —contando interinatos, segundas y hasta tercras partes— en 17 años de la era Vergara. Y entre todos esos “proyectos”, es difícil encontrar concordancia, porque en Chivas no tienen ni siquiera definido el tipo de juego que quieren. Se pasa de Paco Ramírez a Raúl Arias como si nada.

Hoy, lo mejor que tiene Chivas es que existe el Veracruz. Gracias a los jarochos, la permanencia en Primera División está garantizada. Pero, de seguir así, la temporada que viene podrían manchar su gloriosa historia. Porque en medio de esta contradicción, ni Guardiola con Klopp de auxiliar arreglan a Chivas.

Adendum. Aclaro que esto no es en defensa de Briseño, pero ¿quién es el representante de Giovani para decir que debe desaparecer del futbol?

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