“Aquí, la sangre vende”, nos dijo una vez un profesor a todo el grupo de jóvenes aspirantes a periodistas. El otro trabajo del maestro en cuestión era cubrir nota roja. Pero su frase no se refería, de manera literal, al líquido que corre por nuestras venas, después amplió y dejó claro que —con el tiempo— hasta los que nos queríamos dedicar a Deportes (eso lo dijo con un tono despectivo, el muy...) nos íbamos a dar cuenta de que la “sangre” es lo que vende.

Desde hace varias semanas, traigo en la cabeza a ese señor que nos hablaba sin tapujos (penosamente, no recuerdo su nombre) y que menospreciaba a quienes no queríamos cambiar al país con una pluma, sino buscábamos hablar de algo tan superfluo como el futbol . Porque la verdad tenía toda la razón, aquí —hasta en el balompié— lo que importa es “la carnita”.

Más allá del interés lógico que generan los equipos más populares, aquí importa más qué dijo Miguel Herrera sobre la manera de trabajar de la Selección . El nuevo vehículo de Jürgen Damm está en boca de todo futbolero que se precie de serlo. Las fiestas de los jugadores acaparan titulares. Esto, por citar tres simples ejemplos.

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Pero del León se habla poco y nada. Es verdad que no es un equipo de interés nacional, pero también es cierto que es el conjunto que mejor juega en este país y con amplia diferencia por sobre el resto. Pero el León tiene a un entrenador de perfil bajo, de quien sólo se habló mientras estuvo en el América . En ese periodo, Nacho Ambriz estaba en boca de todos y fue destrozado.Para lo malo sí servía, pero hoy —para lo bueno— no interesa.

Constantemente, escucho quejas de lo mal que se juega en México y del bajo nivel mostrado en este torneo. La solución es sencilla: ver al León . Los Panzas Verdes apuestan por el juego de posesión, tienen una idea definida y la ejecutan en cualquier cancha. Es un equipo en toda la extensión de la palabra. Pero, increíblemente, todos hablamos más de lo aburrido que juegan los Tigres que de lo bien que lo hace el León .

Quizá influya que sus partidos como local se transmitan por televisión restringida. O, tal vez, nos hemos vuelto tan resultadistas que sólo si son campeones recibirán el reconocimiento que merecen. De ser así, le darán la razón a aquel profesor y con revisar el periódico para ver los resultados será suficiente para ser feliz. De lo contrario, denle una oportunidad al cuadro de Ambriz .

Adendum. Knut

se puso a revisar estadísticas y volvió a indignarse. Me dijo, y citó textual: “¿Sólo haber [sic] un mexicano entre los mejores 10 goleadores del campeonato? Sin goles, nunca jugarán su quinto partido”. No sabe hablar bien... Pero tiene razón.

futbol@eluniversal.com.mx

 
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