Entre finales de 2018 y los primeros meses de 2019, estuvo dividido en dos grupos: A los que les gustó la película “ Roma ”, y a los que no nos gustó. El bando que amó ese filme, destacaba en cada discusión la perfección técnica lograda por Alfonso Cuarón , los simbolismos sutilmente escondidos y la maravillosa actuación de Yalitza Aparicio . En mi caso, tras aceptar que no sé nada de cine, simplemente respondía que me aburrió la película y, como público, la perfección en el aspecto técnico me daba igual.

En el futbol, me pasa algo similar con dos jugadores de la Selección Azteca . Sé perfectamente que, en cuanto a talento y condiciones técnicas, en el papel son de lo mejor que tenemos, pero —la verdad— cuando los veo en acción me pasa lo mismo que con “ Roma ”: No hay manera de terminar satisfecho. Mis futbolistas “ Roma ” son Héctor Herrera y Jesús Manuel Corona .

Antes de cada Fecha FIFA , sonrío al verlos en la convocatoria. A los 15 minutos del primer partido, el desencanto es total. Herrera tiene todo para ser el dueño del mediocampo mexicano, pero me cuesta encontrarle 10 partidos acorde a su potencial, con la camiseta nacional, después del Mundial Brasil 2014 . Ese volante que pisaba las dos áreas que jugaba en el Pachuca , aparece muy de vez en cuando en el cuadro azteca.

Al Tecatito le sobra talento y magia. Hirving Lozano y Raúl Jiménez son los mejores jugadores que tenemos, pero el único artista con el que contamos ( Sebastián Córdova podría serlo) es Corona . Hasta hoy, nos hemos tenido que conformar con un par de centros buenos por partido y algún mano a mano ganado en su andar por la Selección Azteca. Es muy poco para un tipo de sus condiciones. Corona podría ser ese hombre que, con cada arranque, provoque que la afición en las tribunas jale aire y se calle ante la posibilidad de ver algo distinto. Pero no es así.

Herrera, en sus primeros pasos con la playera verde, dejó claro que es un futbolista de Selección, por lo cual es inexplicable verlo así. Corona , por ahora, ha demostrado ser más un jugador de club que de escuadra nacional. Tiene 28 años de edad y está en plenitud. El problema es que tiene 28 años y Orbelín Pineda y Sebastián Córdova piden pista a gritos.

Adendum

. Knut fue al Estadio Azteca contra Honduras y Canadá. Evidentemente, se puso unas guarapetas monumentales y ayer, absolutamente crudo, me llamó y —palabras más, palabras menos— me dijo lo siguiente: “No entiendo qué es lo divertido de gritarle puto al portero. Me gustó ver a México y ahora me asusta que se lleven a la Selección a otra ciudad”.

futbol@eluniversal.com.mx

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