Él era el héroe de la película. El muchacho chicho. Representaba lo mismo que Neo en Matrix . El futuro estaba en sus piernas. Tenía todo para adueñarse del club, pero —en menos de seis meses— todo se fue al carambas. Jugadores que se quedaron en promesa sobran, pero que en cuatro meses pasen de ser la esperanza del equipo al apestado, debe haber pocos en la historia. En lo personal, no me queda claro qué sucedió.
Y es que lo tenía todo. Talento, procedencia y presente. Sebastián Córdova es una de las joyitas hechas en Coapa . Pero, en cuatro meses, pasó de que le dieran la ‘10’ (uno de los mayores votos de confianza que un jugador de sus características puede recibir), a convertirse en un despojo al que le buscan salida de manera desesperada. Como sea, incluso considerando un intercambio con Chivas, pero Córdova se tiene que ir. Aclaro que, mientras se escriben estas líneas, no se ha oficializado su llegada a Tigres .
Algo debió suceder, más allá de lo futbolístico, para que urja tanto deshacerse de este canterano. Es un hecho que el nivel futbolístico mostrado este semestre fue bastante malo, pero no parece motivo suficiente para dejar de apostar por el elemento que hizo suspirar al americanismo tras su buena participación en los Juegos Olímpicos .
Que Chivas se quiera quitar de encima a Uriel Antuna se entiende, no rindió en la cancha y encima tiene casi las mismas indisciplinas que goles. Pero lo de Córdova es raro. Es verdad que este torneo lo jugó por debajo de lo que puede dar, pero ¿qué habrá pasado para que no quieran intentar rescatar a un futbolista hecho en casa? Máxime , en una Liga acostumbrada a dar segundas, terceras y hasta cuartas oportunidades.
Desde Coapa , no ha existido ningún tipo de comunicación oficial, y está bien. Ni modo que salgan a decir que ya no lo quieren porque tiene mala actitud, es impuntual, mastica con la boca abierta o lo que sea. Decir, públicamente, el motivo por el que ni el cuerpo técnico, ni la directiva, están dispuestos a tratar de recuperar al jugador sería un suicidio. ¿Quién en su sano juicio se compraría un conflicto?
Pero es un hecho que algo pasó. Algo se rompió entre la institución y el futbolista. No es común que en tan poco tiempo un tipo que parecía destinado a la idolatría (por sus maneras y por haberse formado en las fuerzas básicas) pase de tener colgado el cartel de “el elegido” a ser casi casi ofrecido hasta en el camión que compra colchones, tambores, refrigeradores, estufas, lavadoras, microondas o algo de fierro viejo que vendan.
Adendum
. Cerrado por la temporada. Knut está de vacaciones.
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