En todas las Ligas del mundo, la medida de comparación son los equipos grandes. Ellos ponen la vara con que se mide al resto y las aspiraciones de los demás apuntan a lo que son los gigantes de cada competencia. Es lógico mirar hacia arriba y buscar llegar a lo más alto.
En nuestro país, ese estándar solían marcarlo dos equipos: el América y las Chivas. Los más ganadores, y más populares, siempre determinaron a qué altura se situaba el listón. Pero las cosas cambian.
No cabe duda: el América es el máximo candidato a ser campeón. Así lo indican los números, el juego desplegado y el momento que atraviesa el equipo. Ahora, en Coapa saben a la perfección que la fase regular no sirve para absolutamente nada.
En el pasado reciente, bajo las órdenes de Santiago Solari, el equipo fue sublíder, líder, y todo se fue al caño en la Liguilla.
En cuanto a la cosecha de puntos se refiere, dos excelentes semestres no sirvieron para nada. La exigencia es única en Coapa: campeonato u olvido. Nada más vale en el Club América , y todos los involucrados lo saben. Gloria o mierda, no hay más. Y, encima, saben que el resto de la patria futbolera espera su traspié para hacerse un festín.
Del otro lado, el Guadalajara. Aquel equipo glorioso y poderoso que solía acompañar al América al momento de imponer pautas en nuestro balompié. Hoy, vive reptando y penando en la mediocridad del repechaje.
El Rebaño Sagrado terminó noveno y no hay un escándalo a su alrededor. Al contrario. A los rojiblancos los rodea un inexplicable halo de ilusión, de cara a conseguir la decimotercera estrella.
Y lo peor. Desde que se instauró el repechaje, Chivas jamás ha clasificado directamente a la Liguilla. Yendo de la actualidad hacia el pasado, Chivas terminó noveno, sexto, décimo, noveno y séptimo. Es decir que si extrapolamos sus posiciones al formato anterior (ocho clasificados directos a cuartos de final), Chivas habría entrado a dos de cinco Liguillas. Muy poco para una institución del tamaño de esa.
Pero parece que la Nación Chiva se ha conformado y, lo que es peor, se ha acostumbrado a esta mediocridad. Un tuitero me preguntaba el fin de semana que “¿Qué pasaría si fuera al revés y el América hubiera terminado en noveno y tuviera que jugar el repechaje?”.
Por supuesto que sería un escándalo y en Coapa no habría paz.
La historia y la grandeza del Guadalajara son suficientes para resistir estos tiempos, pero ya va siendo hora de que, a quienes están ahí dentro, se les exija acorde con esa raigambre y blasones. Chivas no puede vivir en el limbo de la pequeñez en el que parecen estar muy cómodos.
Adendum. “Si mi Cruz Azul fuera el que no clasificó, los destrozaban. Pero como Pumas es el niño bueno de la Liga...”, me dijo Knut por teléfono, y me colgó.
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