En los últimos días, las redes sociales se han retacado de recuerdos mundialistas. En nuestro país, particularmente se rememoraron el gol del Chicharito Hernández a Francia y el del triunfo ante Alemania . Es absolutamente normal que, tras cuatro años de interminable espera, la memoria futbolística de todos sienta el golpe que significa el cambio de fechas de esta Copa del Mundo . El planeta futbol está experimentando una especie de síndrome de abstinencia.
Siempre supimos que en esta ocasión habría que esperar poco más de los cuatro años de rigor, pero eso no quita que a todo futbolero de cepa no le entre una extraña sensación al cuerpo. Y es que estas son las fechas en las que, cada cuatro años, lo único que importa es lo que sucede con 32 equipos nacionales de futbol (hasta esos que no le interesan a nadie, pero que durante ese mes todos conocen al dedillo).
Bueno, tras superar la nostalgia ante la falta de certamen mundialista, llegó el momento de reflexión: la verdad, a México le beneficia que esta vez no se juegue ahora el Mundial. Seamos honestos, hoy no le convenía a la Selección Azteca estar por debutar. Con la baja de rendimiento de sus futbolistas estelares, y en franco declive de funcionamiento colectivo, solamente podíamos aspirar a un Mundial histórico, pero en lo malo. Con México sin superar la fase de grupos.
Ahora bien, de aquí a noviembre nos podemos agarrar de la esperanza de que los referentes del equipo podrán recuperar el nivel que hace no tanto nos ilusionaba. Hace no mucho, el cuadro de Gerardo Martino jugaba bien. Raúl Jiménez era una máquina de hacer goles y jugar futbol, el Chucky Lozano volaba, Jesús Gallardo era un lateral en toda la extensión de la palabra, Luis Romo pisaba ambas áreas con suficiencia, Orbelín entraba y sucedían cosas, y —aunque suene increíble— en Córdova y Lainez se veía a dos talentos que podían rejuvenecer al equipo.
Puedes leer: "Escándalo en el Manchester City, captan a futbolista con 116 botellas de champán"
Esos son sólo algunos casos (nombrar a todos es imposible por el espacio), y hoy sólo queda esperar. Quizá en estos meses, Raúl Jiménez vuelva a ser Raúl Jiménez, y así con cada uno de los futbolistas que hoy no están a la altura de sus propias condiciones. Buenos son, aunque hoy no lo parezcan. Así que el cambio en el calendario mundialista nos puede favorecer; por supuesto, todo depende de los jugadores.
Queda media temporada para saber si estos meses significarán una dulce espera o si el camino al precipicio será lento y tortuoso. Todo depende de los jugadores, ellos sabrán si aprovechan o no la oportunidad que Cronos y las altas temperaturas de Qatar les están brindando.
Adendum
. Knut anda dadivoso, tras la derrota del América ante Pumas. Me escribió: “Ojalá sí contraten a Cabecita, les urge”.
futbol@eluniversal.com.mx