Me dio gusto que la Selección Azteca haya quedado eliminada en la Copa América. No lo voy a negar, ni voy a mentir.

Primero, porque el ridículo mexicano acaba con los conspiranoicos que insisten, sin fundamento alguno, en que “la Concacaf y la FIFA no van a permitir que México quede fuera”. Primero, sin saber que este torneo lo organiza la Conmebol, y segundo, que el negocio está garantizado de antemano. Las entradas a los estadios son muy importantes, pero la rebanada más grande del pastel es la de los derechos de transmisión.

No es que yo tenga un problema contra quienes disfrutan de las teorías de la conspiración, allá ellos. Pero desestimar esos argumentos baratos puede servir para quitarle la venda de los ojos a varios, de cara al Mundial 2026.

La crisis es grave y la FIFA no va a llevar de la mano al cuadro nacional a cuartos de final; si acaso, el entramado del sorteo nos podría favorecer con un grupo “asequible”, pero ya vimos que nuestros gallardos futbolistas son capaces de quedar fuera en sectores no tan complicados (Qatar 2022 y EU 2024 son la muestra).

Tontamente, pensé que otro papelón haría reaccionar a los protagonistas. Ese fue el otro motivo por el que me dio gusto la eliminación. Pero, increíblemente, ni este sopapo le abrió los ojos al cuerpo técnico, ni a los directivos, ni mucho menos a los futbolistas. Basta escuchar o leer las declaraciones de todos ellos para entender que viven en Narnia y totalmente disociados de la realidad.

Otra vez quedamos fuera por un gol. Ahora se empoderaron (se solicitan informes) futbolistas. Los rivales les dijeron que son grandes jugadores. Fueron protagonistas en todos los partidos. Y la “joya de la corona”: Este es el camino. ¿El camino hacia dónde? Uno entiende que no saldrán a inmolarse, pero sería bueno que algo de lo que dicen tuviera relación directa con lo que sucedió en la cancha.

Ojo, no estoy diciendo que deben despedir a Jaime Lozano. Aunque considero que no está a la altura del reto, porque —en un momento de crisis— difícilmente un principiante logrará rescatar la situación (Lionel Scaloni es la excepción). Estoy convencido que ni con Josep Guardiola se arregla esto, porque no hay materia prima y, para acabarla de amolar, el sistema fomenta que nuestros jugadores crean que son mucho más de lo que son.

En la FMF deben entender que con videos no van a solucionar nada. Ante la escasez de talento o capacidad, sólo el trabajo y la repetición podrán, en el corto y mediano plazo, convertir a este grupo de futbolistas en un equipo medianamente competitivo. Pero, con la venda tan bien puesta como la camiseta... Será imposible.

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