“¿Cómo nos hubiéramos enfrentado a la Pandemia sin internet?”, es una pregunta que encuentro reiteradamente en estos días. Dejando de lado que más de la mitad de la población en países en desarrollo aun no cuentan con acceso a estas tecnologías, lo que representa el 46.7% de la población mundial es decir unos tres mil quinientos millones de habitantes, me parece que debemos reflexionar un poco sobre ello.
Llevamos un par de años diciendo que las interacciones sociales han migrado de la calle a la web, que pasamos más tiempo e interactuamos con más personas a través de las plataformas sociales que cara a cara. Hace un tiempo nos advertían de los peligros de hablar por desconocidos por internet, ahora parece ser la interacción más segura. Los servidores y las redes de fibra óptica se encuentran saturados y son llevados a sus límites mientras las mesas del comedor se convierten en salas de junta y las mesas de la cocina en los nuevos pupitres escolares.
A nivel mundial se estima que el tiempo de conexión se ha incrementado en más de un 80% comparado con Febrero. Hoy Zoom es la aplicación más descargada en la tienda de Apple y en la de Google en los Estados Unidos. Las búsquedas relacionadas a la categoría de viajes han visto en promedio un 43% de descenso comparado con los mismos meses del año pasado.
La empresa Comscore realizó un estudios con 10,000 levantamientos en Norteamérica durante el mes de abril. Cocinar y hacer reparaciones en casa son las actividades que más tiempo ocupan a los usuarios fuera de la pantalla. Tan solo el 13% de los usuarios encuestados dijeron que no sus actividades se habían afectado poco o no se habían alterado por la pandemia, en contraste el 59% reporto que su actividad se había visto alterada de manera alta o extrema. El 90% dijo que su gobierno había implementado alguna medida de restricción de movilidad o resguardo en casa.
La actividad digital que más han incrementado los usuarios es ver videos o películas, los consumidores más jóvenes están ocupando su tiempo en juegos en línea y sitios de compra, hacer video conferencias o platicar con amigos en línea se ha incrementado en 45% entre usuarios de 18 a 54 años, y tan solo en un 27% con los de más de 55, lo que hace pensar que aun no le encuentran tanto gusto o sentido a esta forma de interacción.
Según el sitio de clasificación de tráfico alexa.com los artículos que más se han difundido a nivel mundial son los relacionados a los medicamentos y vacunas, mientras que en México el mayor número tiene que ver con cifras oficiales y cómo se calcula el número de casos activos y de muertos. Mientras en el mundo están pensando y leyendo en las salidas científicas de la pandemia el usuario mexicano sigue enfocado en la desinformación.
La nota más compartida a nivel mundial en el último mes es la relacionada a un hombre que protestó contra las medidas de restricción para salir de casa y que días más tarde falleció por el virus, seguida muy de cerca por un artículo en Inglaterra sobre las declaraciones de Trump que pidió investigar si se podía inyectar desinfectante como tratamiento al Coronavirus.
¿Realmente le hace bien a la sociedad migrar a las interacciones digitales?, para Karl Sebire, un investigador de tecnologías y educación el tiempo que pasamos en línea podría ser comparable con una dieta basada en contar las calorías. Debemos comer, pero todo se tiene que hacer con moderación. Podemos comernos una zanahoria, que podríamos equiparar con actividades digitales productivas, enseñanza, interacción laboral, interacción social, etc, o podemos llenarnos de postres, ver series, jugar en consolas, tiempo en medios sociodigitales.
Todo está en el balance y que tan bien podemos ejercer autocontrol.
El miedo está asociado a lo desconocido, y el internet nos brinda la oportunidad de informarnos, de aprender, pero a veces la cantidad desmedida de opiniones tan solo abona a la confusión lo cual puede contribuir a la creación de más miedo. El científico suizo Conrad Gessner fue de los primero en alertar que el exceso de información era dañino para la mente, curiosamente su teoría no se refería al internet, sino a la imprenta Gutemberg, en 1565. La crítica a las nuevas tecnologías es un debate recurrente.
Las teorías para las interacciones sociales post pandemia están apenas desarrollándose, si las industrias apenas estaban acostumbrándose a la disrupción digital la disrupción pandémica será aun mas drástica en sus modelos de negocio. Viajes, experiencias, gastronomía, romance, política, todas las industrias que requieren de la interacción tendrán que replantearse sus condiciones y su forma de adaptarse a la realidad que viene. ¿Cómo nos juzgarán las siguientes generaciones?.