Todo el país volteó a ver a Ecatepec por unas horas. La irrupción de familiares de pacientes infectados por Covid19 al Hospital de las Américas en este municipio del Estado de México, desveló de lo que en realidad se ha tratado esta epidemia desde sus inicios: un asunto de creencias. Crees o no crees en la existencia del Coronavirus.

No se trata sólo de una cuestión meramente popular. Es decir, de la capacidad de las personas de discernir, de tener un pensamiento crítico y poder con fundamentos emitir juicios de valor. El confinamiento al que se le metió a la epidemia ha sido fomentado por los propios líderes mundiales. Lo mismo Trump en Estados Unidos que Bolsonaro en Brasil, López Obrador en México y Boris Johnson en Inglaterra. A su medida y a su conveniencia trataron a la enfermedad como algo a lo que no debería darse la mayor importancia. Como un ataque biológico orquestado desde un gobierno extranjero. Como un asunto de los opositores a sus regímenes.

Sí así piensan los dignatarios, nada más se le puede pedir a los pueblos que gobiernan.

El asunto es grave, por donde quiera que se le mire. Un sistema de salud a punto del colapso, como pasa en todo el mundo, una población que no está dispuesta a seguir indicaciones de autoridades sanitarias, como pasa en todo el mundo, creencias de que esto se trata de un complot, como pasa en todo el mundo.

Ante la gravedad del asunto, las audiencias digitales respondieron con la risa. El 27% de los comentarios detectados en el 47% de la conversación digital analizada este fin de semana, fueron memes. Caricaturas, burlas, de la situación.

El 21% comentó que la ignorancia humana es más grave que cualquier virus, piden informarse acerca del Covid19. El 14% se burló de los habitantes de la entidad, dicen que no respetan la cuarentena y aun así exigen atenciones de primer nivel. También un 14% lamenta los destrozos y maltratos al personal médico, por parte de familiares de pacientes fallecidos. El 11% apoya a los familiares y aseguran que tienen derecho a saber de qué falleció su familiar, así como poder ver los cadáveres (aunque no sea una medida recomendada por las autoridades de salud en ninguna parte del mundo). El 5% asegura que el Covid no existe y es una forma de ganar poder, exponen diversas teorías conspirativas. El restante 8% son comentarios que no entran en ninguna categoría de las anteriores y por sí solas no llegaron a generar línea discursiva propia.

Las principales etiquetas bajo las cuales se movió la conversación fueron: Gatell con 78 millones de alcance, #Ecatepec con 57 millones, Ecatepec con 54 millones, #HospitalLasAméricas con 43 millones, y “los de Ecatepec” con 41 millones. Facebook domina la conversación con el 31% mientras que Twitter lo hace con la interacción con 37%. YouTube tiene 19% de conversación y 11% de interacción, los portales web tienen el 16% de la interacción y el 17% de la interacción.

Ecatepec es una muestra de laboratorio que puede explicar mucho de lo que está ocurriendo y habrá de ocurrir en el mundo. Aunque estemos aislados socialmente, no se trata de hablar de “los de…” como los extranjeros, los bárbaros, los invasores, los incultos, los que nos amenazan nuestra ya de por sí frágil seguridad. Este cierre genera nacionalismos absurdos como ya los padeció Europa y ojalá no caiga en la tentación de repetir la historia. En el momento de mayor riesgo de ahondar las brechas sociales bien vale la pena tomar un respiro y no lanzar el meme que incendie las redes sociales.

Las naciones más avanzadas tecnológicamente están trabajando cada una por su cuenta en el descubrimiento de los protocolos de atención de la enfermedad y en el desarrollo de una posible vacuna. La conquista del coronavirus es lo que en tiempos de la Guerra Fría significó llegar primeros a la Luna. Pero más se lograría si hubiera por una vez en nuestro paso por la Tierra una orquesta de las naciones, todos trabajando por un mismo objetivo para derrotar a un enemigo común.

Pero parece que todo el mundo cabe en Ecatepec.

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