No hay plazo que no se cumpla: la utopía de una extensa carretera que reduce el trayecto a Puerto Escondido desde Oaxaca de seis a menos de tres horas, finalmente concluyó.
A inicios de febrero la carretera Barranca Larga-Ventanilla, que llevaba 14 años de construcción, se inauguró y ahora disminuyó el trayecto de Puerto Escondido a Oaxaca. Se redujo de seis a menos de tres horas.
Es uno de los proyectos carreteros más ambiciosos y complicados en los últimos años, debido a su dimensión y el terreno donde se construye. Es una obra tildada de “imposible” que ahora vence los pronósticos derrotistas. Son 104.2 kilómetros que unirán a la capital de la entidad con Puerto Escondido, Mazunte y Huatulco.
Su construcción comenzó en 2009 y presentó diversos tropiezos. Primero estuvo a cargo de la empresa Omega, que regresó la concesión por considerar a la obra “inviable”. Posteriormente pasó a manos de ICA, firma que abandonó el proyecto por “problemas financieros”. Más quedó bajo la dirección del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin). Muchos dudaban que se finalizara. Tildaban la obra de “imposible” pero también de “ilusión faraónica”.
La mayor dificultad que se enfrentaba con la gran autopista en realidad no eran sus dimensiones ni terreno: era el reto social. Su trazo pasa por 11 comunidades agrupadas en ocho municipios, lo que implicó la difícil conciliación de intereses.
A la complejidad se suman proyectos relacionados con la carretera, como caminos rurales, líneas de conducción de agua, electrificación, rehabilitación de escuelas y clínicas, entre otros.
La carretera inicia en el km 69+600 de la carretera federal Oaxaca-Puerto Ángel y termina en el kilómetro 152+000 de la carretera Pinotepa Nacional-Salina Cruz en Oaxaca.
El aforo diario se calcula en cuatro mil 253 vehículos y se prevé que favorezca la explotación turística de Puerto Escondido y Huatulco. Por ello, una vez que la autopista entró en operaciones, se detonarán inversiones en Puerto Escondido para proyectos turísticos.
Además de contribuir a mejorar la movilidad, la seguridad y calidad de vida de los habitantes de esa zona de Oaxaca, permitirá acercar diversos servicios, como educación y salud. Se calcula que beneficiará a 100,000 habitantes.
La superautopista tuvo una inversión global de 10 mil 670 millones de pesos. Se acaba de inaugurar pese a la postergación y pronósticos adversos. Es una herramienta más para propiciar el nearshoring en el país.
Experto en infraestructura y políticas públicas.