Porfirio Muñoz Ledo fue uno de los protagonistas mayores de nuestra azarosa transición democrática. En un entorno en el que prevalecen la mediocridad y la simulación, Muñoz Ledo sobresalía por su inteligencia, cultura, creatividad y su compromiso con México.

En todos los espacios en los que incursionó, lo mismo en la administración pública que en las tareas partidistas, en la docencia o en la diplomacia, destacó como un pensador con un claro compromiso social, un ágil polemista y un visionario.

En 1987 se produjo una fractura en un régimen acostumbrado a las unanimidades y a aplastar a la disidencia. La Corriente Democrática, esa iniciativa que desbalanceó al hasta entonces poder incontestable del PRI, fue, en gran medida, una creación de Muñoz Ledo.

No tengo dudas, Muñoz Ledo fue un personaje irrepetible del siglo XX mexicano y de este tramo del nuevo siglo, un auténtico hombre de Estado. Descansa en paz.

Presidente de Grupo Consultor Interdisciplinario.

@alfonsozarate

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